La magia futbolística de los jugadores de primera división y los buenos partidos están siendo opacados por la actuación de los árbitros. Penales no cobrados y otros dudosos, que si fueron sancionados, constituyen los errores que algunos árbitros vienen cometiendo.
Hablar de equivocaciones arbitrales resulta una vieja costumbre en el torneo local; aún no contamos con la tecnología del Video Asistente Réferi (VAR) y los desaciertos de los jueces resultan muy groseros. Estos fallos pueden poner en en duda hasta la buena actuación de los equipos, pues, si resultás favorecido con una equivocación del árbitro, tu victoria ya se ve manchada.
En la fecha número 15 del torneo doméstico, Cerro Porteño y Guaraní se medían en un encuentro decisivo para ambos equipos. El ciclón debía ganar para seguir bien en el promedio y gracias a eso asegurar un cupo en la Copa Libertadores y el aborigen necesitaba un triunfo con la ilusión de alcanzar al líder del torneo, Olimpia.
El partido generó muchas emociones; sin embargo, resultó opacado por numerosas fallas del réferi Arnaldo Samaniego. José Ortigoza protagonizó una jugada violenta al darle un codazo, hasta si se quiere pensar, intencional a Mathías Villasanti, pelotero del ciclón.
El delantero del indio debió ser expulsado, pero Samaniego lo perdonó y solo le mostró la tarjeta amarilla. En otra jugada, el mismo juez cobró un penal a favor de Cerro, una supuesta falta a Larrivey, atleta azulgrana, generó una ola de protestas por parte de jugadores de Guaraní.
Los errores de esta magnitud dejan un mal sabor en la boca a los clubes perjudicados y no solo eso, pues quita méritos al equipo rival. El VAR todavía no es utilizado en nuestro país; no obstante, en el partido que disputaron Guaraní y Libertad, apareció una repetición ilegal, vía transmisión de TV, que ayudó al aborigen.
En la agonía del encuentro, el portero del indio cortó un avance de Antonio Bareiro, atleta del gumarelo, afuera del área, pero el árbitro Derlis López sancionó penal. Luego de varios minutos de protestas, la determinación cambió misteriosamente; el réferi principal pitó tiro libre y expulsó al guardameta aurinegro.
Presumiblemente, los colaboradores de López se apoyaron en una repetición para cambiar su decisión; si bien se hizo justicia y se corrigió un error, esta acción no está permitida por el reglamento de nuestro fútbol. Las equivocaciones arbitrales no son nuevas; no obstante, estos fallos cada vez son más evidentes.
El VAR se utilizará desde el próximo año. Quizás, con la ayuda de la repetición, los jueces comiencen a realizar de una mejor manera su trabajo y nuestro torneo brillará por los goles y los buenos partidos, no por las polémicas.
Menos mal que pasaron los tiempos de nuestros abuelos, pues, por aquella época, los errores arbitrales se castigaban con trompadas y patadas en la cancha por parte del público.
Por Alejandro Gauna (18 años)