Miedo, la emoción que puede arruinar tus metas y hasta tu vida misma

Sentir temor a lo desconocido o a los nuevos desafíos, quizás, sea natural. Sin embargo, el exceso de miedo y el hecho de dejar las metas de lado por eso, tal vez, sean los hincapiés que te llevarán a conducir en sentido contrario y arruinarán tus metas.

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"Tengo miedo a fracasar, a no ingresar, a que no me acepten, a no pasar el casting, a perder o a enamorarme" son expresiones que contaminan el alma, el corazón y la vida, pues, aparte de llenarnos la cabeza de negatividad, pueden llegar a ser los motivos por los cuales no lograremos alcanzar eso que, con todas las fuerzas, deseamos, pero no nos animamos a intentar.

¡Ojo!, el miedo es, sencilla e irónicamente, el poder que vos mismo le concedés a tu mente para que cree una máquina con todo lo que no querés que suceda y la misma comience a expedir locas conclusiones que reflejan terribles y tristes resultados. Asimismo, todos sentimos temor alguna vez; por ejemplo, es seguro que cuando te encontraste frente a algo nuevo, experimentaste una sensación que recorría con velocidad todo tu cuerpo, tenía como fin sujetarte con una soga que te dejaba inmóvil, te prohibía seguir y, además, amaba adueñarse de tus buenas decisiones para transformarlas en infinitas gotas de inseguridad, ramos de desequilibrio y cobertura de debilidad.

Además, los límites están en las personas y con temor nunca se llega a ninguna parte. Por tanto, hay que derribar todo, es decir, no importa si en el camino te encontrás con caídas, golpes, decepciones, frustraciones, dolores, malos ratos o experiencias pésimas, pues, cuando uno respire lo aprendido y entienda que la madurez llega y las situaciones debieron haberse dado para que otras oportunidades aparezcan, nada de lo que suceda en la trayectoria tendrá validez. Entonces, ¿vas a dejar que una emoción, creada y alimentada por vos, se convierta en el proyectil que impactará sobre el monumento de sueños que tenés?

Por otro lado, un millón de personas viven cegadas y enfermas a causa del temor que, como un insecto imparable, carcome actitudes que, por cierto, solo el signo positivo puede anular y simplificar en el cálculo de la vida. Igualmente, la tristeza y la frase "qué hubiese pasado si no sentía miedo" esperan detrás de las enormes puertas del verdadero fracaso, pues, como dice el cantante Beret, “no luchar por lo que quieres solo tiene un nombre y se llama perder; dime qué prefieres, si tienes la opción de tener o temer”.

En conclusión, ¿para cuándo la vida?, dicen siempre las personas mayores, mientras aconsejan a su familia. Por lo tanto, acordate de que el cumplimiento de lo que vos aspirás y soñás es lo que te va a llevar a ser feliz y sentir alegría es el viento que infla el globo aerostático de toda persona; por ende, nunca dejes que una emoción como el miedo te límite.

No hay peor sensación que la que se experimenta cuando uno ni siquiera trató de luchar por lo que quería, ya sea por un sueño muy grande, un amor casi imposible, un alto cargo, un amigo que se distanció, un pariente enojado, etc. Entonces, ¡con o sin miedo, probá, ganá y, a veces, perdé, pero intentá!

Por Andrea Parra (18 años)

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