Según el informe oficial, Liberato Benítez Cáceres, había salido de su comunidad con la intención de llegar a la zona céntrica de Pedro Juan Caballero para quedarse en la vivienda de una prima. La preocupación creció cuando nunca llegó y, sobre todo, debido a que presenta problemas de salud.
La denuncia por su desaparición se había realizado el 31 de octubre ante el Puesto Policial N° 20 de la Colonia María Auxiliadora, lo que activó el protocolo de búsqueda a cargo del Departamento Especializado en Búsqueda de Personas Desaparecidas.
Según lo publicado por la Fiscalía, tras dos meses de investigación se confirmó que durante el trayecto a la casa de su prima, Liberato se desorientó y terminó cruzando la frontera, llegando a zonas cercanas al estado de Minas Gerais, en la República Federativa del Brasil.
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El joven fue inicialmente hallado por la Policía Ambiental de Brasil. Las tareas se vieron dificultadas debido a que Liberato solo habla guaraní, lo que complicó la comunicación en un primer momento.
Gracias a un agente policial brasileño que contaba con un contacto capaz de comunicarse en el idioma, fue posible asistirlo y conocer su situación.
Terminó en un albergue de São Paulo
Posteriormente, fue derivado a un albergue en San José do Río Preto, estado de São Paulo. Desde allí, los responsables tomaron conocimiento del caso a través de una publicación relacionada con su desaparición y realizaron contacto con una radio, lo que permitió acelerar los trámites para su retorno.
La localización se dio mediante el trabajo articulado por la fiscal Reinalda Palacios, quien impulsó acciones conjuntas con Interpol, autoridades policiales paraguayas y organismos brasileños.
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Los encargados del albergue se comprometieron a trasladar al joven hasta Ponta Porã, punto en el que fue entregado a la Comisaría Segunda. Finalmente, Liberato fue llevado de regreso a su comunidad de origen, donde pudo reencontrarse con sus familiares.