Los corruptos favorecen al crimen orgánico
El político parece hoy un hombre de contramano a la Historia. La humanidad vive la era del conocimiento y los políticos, especialmente paraguayos, con señaladísimas excepciones, son pintorescos pasajeros de la vulgaridad. Es más: se ufanan de su vacío mental. Lo peor es que muchos de ellos son presuntamente corruptos. Aunque, según el ilustrado neocartista Yamil Esgaib, los corruptos “no son peligrosos”.