La gravísima crisis política, moral y financiera que afecta al PLRA debe inquietar sobremanera a quienes crean que el sistema democrático necesita contar con agrupaciones políticas sólidas, que ofrezcan al electorado alternativas fundadas en programas y en personalidades atrayentes, que no conviertan la saludable alternancia gubernativa en un salto al vacío. Hoy, el segundo mayor partido del país, cuyos orígenes se remontan a 1887, resulta poco más que un nombre, un color y una polca, sin protagonismo alguno en la vida nacional: un conglomerado de facciones, sin ideas ni liderazgos respetables, del que muchos se sirven para satisfacer apetencias personales en cuanto a cargos electivos y a recompensas provenientes de un poder fáctico.
El senador Eduardo Nakayama anunció que renuncia al Partido Liberal porque gran parte de sus colegas y correligionarios se han entregado al cartismo. Uno de ellos justamente le pide que también renuncie a su banca.
El exdiputado Édgar Acosta lamentó que varios actores políticos liberales se prestan a negocios por cuestiones particulares y mantienen la clientela del Partido Colorado. Expresó que las actuaciones de parlamentarios hacen perder la credibilidad del partido. Aclaró que muchos dirigentes piensan en refundar el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) ante la crisis que está pasando.
El diputado Marcelo Salinas (PLRA) opinó que el senador Eduardo Nakayama es libre de renunciar al partido liberal si así lo desea, pero que en ese caso, debe también renunciar a su banca. “Esa banca les costó esfuerzo a los liberales, que cree su propio partido, pero que renuncie a la banca y asuma el suplente”, dijo el parlamentario.
El anuncio de varios legisladores de dividir el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y la renuncia de Eduardo Nakayama generó la reacción del presidente liberal, Hugo Fleitas, quien comparó las intenciones de sus correligionarios con la proscripción del partido en tiempos de Higinio Morínigo.
Luego de que el senador Eduardo Nakayama anunciara su salida del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), comenzaron las repercusiones. El también senador y exvicepresidente de la mencionada nucleación política, Líder Amarilla, cuestionó la renuncia de su excorreligionario tratándolo de tibio.