"Es impensable que un gobierno de derechas continúe la aplicación de acuerdos de coalición que el Gobierno anterior concedió a los Hermanos Musulmanes y sus representantes, en lugar de cambiar y corregir la misma decisión, que concede financiación y poderes sin precedentes a través de elementos antisionistas", escribió Ben Gvir en una carta enviada al gabinete gubernamental, difundida por Kan.
El Gobierno anterior duró tan solo año y medio, y estuvo formado por una coalición de partidos de todo el espectro político -desde el partido islamista Ra'am, pasando por partidos de izquierda y centro- que se unieron para sacar del poder al actual primer ministro, Benjamín Netanyahu.
El colono Ben Gvir, conocido por su retórica racista antiárabe, busca eliminar el plan que contempla una inversión de cientos de miles de dólares para mejorar la infraestructura, planificación y construcción en la comunidad árabe, combatir la pobreza y la violencia e impulsar la educación.
La comunidad árabe, que representa el 21 % de la población de Israel, vive un pico de violencia sin precedentes.
En lo que va de este año, 124 árabes-israelíes han sido asesinados -de los cuales 112 a tiros-, una cifra superior a los 116 registrados durante todo el año pasado, según el recuento de la organización Iniciativas de Abraham, que aboga por la igualdad y la convivencia de etnias y religiones en el país.
Según esta organización, el 75 % de los asesinatos en la comunidad árabe emanan del crimen organizado, mientras que el resto se atribuye a enemistades de sangre, disputas entre clanes familiares, o feminicidios que involucran a miembros de la familia.
Aunque Netanyahu formó en junio un comité interministerial para luchar contra la violencia en el sector árabe, todavía no se han visto resultados tangibles.
La semana pasada, decenas de árabes-israelíes que viven en ciudades del norte de Israel salieron a protestar contra lo que consideran la inacción de la Policía israelí.
Las autoridades no han logrado detener el derramamiento de sangre a pesar de prometer más recursos, incluido el despliegue de más policías y fondos para hacer frente a los problemas sociales dentro del sector árabe, que sustentan la ola delictiva.
Muchos líderes comunitarios culpan a la Policía, que no ha logrado tomar medidas enérgicas contra las poderosas organizaciones criminales e ignora en gran medida la violencia; pero señalan décadas de negligencia, abandono y discriminación por parte de las oficinas gubernamentales como la causa principal del problema.
El presidente del partido árabe islamista Raam, Mansur Abás, criticó recientemente al Gobierno de Benjamín Netanyahu, el más derechista de la historia de Israel, por "no hacer nada para poner fin a la violencia".