Viajero a la vista: Hallstatt enfrenta el desafío del turismo desbordante y sus consecuencias

Hallstatt, Austria.Shutterstock

VIENA. Hallstatt, una joya alpina de 7.000 años, enfrenta un abrumador reto: el turismo masivo que inunda sus calles, desafiando su encanto y poniendo en jaque a un pueblo donde cada día llegan más de un millón de visitantes.

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La pintoresca localidad alpina de Hallstatt, de 740 habitantes y más de 7.000 años de historia, visitada cada día por más de un millón de turistas de todo el mundo, afronta cada vez más desconcertada los problemas que le depara el creciente turismo masivo, informa este martes el diario austríaco Kurier.

Hallstatt, Austria.

Según Alexander Scheutz, alcalde de este conocido pueblo de la región de Alta Austria, situado a orillas del lago homónimo, en 2025 el flujo de visitantes no ha decaído, como en años anteriores, tras el fin de la temporada alta estival.

¡Ya llegó el invierno, y sin embargo, en Hallstatt todo sigue igual", dice el alcalde, citado por el rotativo.

“En Navidad y Año Nuevo, aquí es como estar en pleno verano”, añade.

Hallstatt, que alberga las minas de sal más antiguas del planeta y es desde 1997 Patrimonio de la Humanidad, prevé cerrar 2025 con un récord en torno a una media anual de 1,2 millones de visitantes por día.

Ello le depara al municipio una buena solidez financiera que contrasta con la situación de otros ayuntamientos de la región, y en general con la del resto del país, abocado a duras medidas de ahorro para reducir el déficit presupuestario estatal tras dos años de recesión económica.

Hallstatt, Austria.

A diferencia de casi 200 de los 438 municipios de Alta Austria, Hallstatt no presenta déficit este año: el presupuesto para 2026 prevé unos ingresos de 6,7 millones de euros y unos gastos de 6,1 millones.

Pero al mismo tiempo, el turismo masivo que ya no da tregua en ninguna temporada del año está disgustando cada vez más a los residentes de Hallstatt, que afrontan una serie de problemas sin que las autoridades municipales puedan hacer mucho para mitigarlos.

El principal desafío es gestionar el tráfico de autobuses y vehículos privados, explica el alcalde.

La limitación introducida en 2019 que limita a un máximo de 54 el número de autobuses que pueden entrar en la localidad por día y obliga a los operadores turísticos a reservar con antelación el correspondiente permiso de ingreso, no resultó lo eficaz que se esperaba.

Ocurre que siguen llegando autobuses sin reserva previa, y estos “bloquean la carretera (de entrada) porque no los dejamos entrar”, por lo que, al final, hay que permitirles llegar a la terminal de autobuses para que al menos puedan dar la vuelta, agrega.

“Tengo 15 empleados cuyo único trabajo es gestionar autobuses y coches, y garantizar la fluidez del tráfico”, enfatiza Scheutz.

Descartan cobrar entrada

Por otra parte, el edil destaca las dificultades que tiene el Ayuntamiento para tomar medidas debido a las limitaciones de su jurisdicción.

Un ejemplo: la idea de exigir reservas también para los automóviles y cerrar la ruta de acceso en cuanto la localidad esté llena, se topa con el problema de que el municipio no puede ordenar directamente el cierre de una carretera estatal.

Por razones legales tampoco sería posible cobrar una entrada, como hace la ciudad italiana de Venecia.

“El espacio público es de suma importancia. Y no está legalmente permitido cobrar entradas en espacios públicos” en Austria, subraya el alcalde, recordando que en Venecia, el cobro de una entrada solo es posible porque la ciudad es una isla, por lo que se cobra una especie de tarifa de acceso.

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