INC solicitó una reestructuración de su deuda al no poder cumplir con el calendario

Ante la imposibilidad de la Industria Nacional del Cemento (INC) de cumplir con el servicio de la deuda proveniente de la emisión de bonos soberanos en 2014, la Presidencia de la República le aprobó una nueva reestructuración del calendario de pagos.

Con las inversiones realizadas la INC debía producir 90.000 bolsas de cemento por día, pero esto no se cumplió.
Con las inversiones realizadas la INC debía producir 90.000 bolsas de cemento por día, pero esto no se cumplió.

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El Ejecutivo a través del Decreto N° 9169, de fecha 18 de abril, establece la adopción de medidas administrativas en el marco del convenio de préstamo suscripto entre el Ministerio de Hacienda y la Industria Nacional del Cemento (INC).

La normativa explica que la INC mediante notas presentadas en 2022 y 2023, solicitó a Hacienda la reestructuración de su deuda proveniente del convenio de préstamo suscripto entre ambas instituciones el 5 de diciembre de 2014, por la transferencia de los recursos correspondientes a los bonos soberanos con vencimiento en 2044.

Según el decreto, la INC manifestó al tiempo de solicitar la reestructuración de la deuda, la imposibilidad de la entidad en cumplir acabadamente con lo establecido en el calendario de pagos dispuesto mediante Decreto N° 3292/2020, que, en su momento, modificó el cronograma originalmente aprobado por el Decreto N° 2595/2014.

El decreto 9196 autoriza a Hacienda a firmar la adenda al convenio de préstamo y velar por el cumplimiento de los términos del contrato.

Con la reestructuración del calendario de pagos, la INC deberá abonar desde junio en forma mensual, excepto marzo y setiembre, US$ 408.700 y en 2044 devolver el capital de US$ 67 millones.

Deuda de bonos emitidos en 2014

En 2014 el gobierno del entonces presidente Horacio Cartes, que el año pasado fue designado por el gobierno de los Estados Unidos como “significativamente corrupto”, colocó bonos soberanos por US$ 1.000 millones, a una tasa de interés de 6,1%, pagos semestrales y un plazo de 30 años.

De los recursos captados, Hacienda canalizó US$ 67 millones a la INC y la entidad debía pagar los intereses en forma semestral, luego hacer lo propio con el capital al vencimiento, para la cual se estableció un calendario de pago anual. A esa suma -que hoy se pide refinanciar-, se agregaron otros US$ 13 millones de inyección en la estatal, totalizando US$ 80 millones que no tuvieron ninguno de los resultados anunciados.

En ese entonces el ministro de Hacienda era Germán Rojas y el presidente de la INC, Jorge Méndez, quien hoy se desempeña como gerente general de Cementos Concepción (Cecon), una firma creada por el expresidente Cartes.

Inversiones que no resultaron

Los recursos fueron otorgados a la entidad estatal para financiar el proyecto de cambio de combustible del horno de clinker de su planta industrial en la localidad de Vallemí, departamento de Concepción.

Además, para adquirir equipos de cantera, reacondicionamiento del molino de cemento, entre otros, para disminuir el costo de producción del cemento y reducir el precio del cemento, con el fin de hacerlo competitivo en el mercado nacional.

La idea era aumentar la entrega de 50.000 a 90.000 bolsas de cemento por día, pero el plan nunca se cumplió y, por el contrario, actualmente sigue produciendo incluso menos de lo que ya despachaba antes de recibir los US$ 80 millones.

Nuevo calendario de pagos

Al no poder cumplir con sus obligaciones, debido a que las inversiones no tuvieron el resultado anunciado, solicitó una primera reestructuración del calendario de pagos, que le fue otorgada en enero de 2020 mediante decreto del Ejecutivo.

Dos años después de la referida modificación del calendario, la INC volvió a solicitar una reestructuración, que ahora se le otorgó nuevamente.

Eso, pese a que no mejoró la gestión en la empresa pública, en lo productivo ni administrativo.

¿Otra gran estafa de la era Horacio Cartes?

A los US$ 67 millones de “inversión” en INC se sumaron otros US$ 13 millones, durante el gobierno del expresidente Horacio Cartes, totalizando US$ 80 millones que cayeron en saco roto. Con el cambio del tipo de combustión se debía ahorrar US$ 20 millones, la instalación de nuevas embolsadoras incrementaría la facturación en US$ 50 millones al año y el nuevo secador de puzolana permitiría ahorrar US$ 10 millones.

La producción del horno debía pasar de 2.000 a 2.200 ton. de clínker por día y el despacho de cemento debía pasar de 50.000 bolsas a al menos 90.000 diarias. Nada de esto se cumplió. Siguieron los constantes paros del horno, la queja de distribuidoras, los altos costos y la ineficiencia.

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