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Enfatizan que, normalmente, los sistemas se construyen, por ejemplo, para 500 usuarios, pero luego aumenta a 800, iniciándose así el problema de la escasez. “Si no adecuan sus instalaciones, no cubren la demanda y, por tanto, baja la presión del servicio”, añaden.
En la institución sostienen que la mayoría de los sistemas de distribución de agua se realiza por medio de bombas eléctricas, sistema que se resiente en el verano debido a los apagones.
“El crecimiento poblacional, sobre todo en el departamento Central, influye en la infraestructura de los sistemas que no fueron preparados para absorber la demanda”, insistieron.
Así también, culpan a los usuarios del uso no racional del agua, considerando que “los sistemas son diseñados para consumo humano exclusivamente”; sin embargo, estos afectan el servicio con el “llenado de piscinas, lavado de autos, riegos y otros”, mencionaron.
Alegan que los cortes de agua poco o nada pueden solucionarse debido a que los prestadores del servicio, en su mayoría, son pequeños y carecen de disponibilidad financiera, lo que impide que estos adquieran un generador de gran porte para absorber el importante volumen de producción y distribución.
Destacan que San Lorenzo, Limpio, Luque, Emboscada, Villa Elisa y San Antonio son las más afectadas por los cortes o baja presión del suministro de agua en esta temporada. En todo el país están registradas e identificadas unos 4.400 sistemas de agua potable.
Indicaron que dentro de las sanciones establecidas en el marco regulatorio no se contempla el cierre de ningún sistema de provisión, por el impacto social que tendría el hecho al dejar a las familias sin el líquido vital.
En el país ya se padece este problema durante el año, pero no se tiene respuesta de las autoridades.