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El estudio se denomina “Contrabando: El gran desafío” y forma parte de la publicación realizada por el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep).
Borda indica que en los últimos meses el contrabando ha azotado a diversos sectores de la economía paraguaya, causando reacciones masivas de los gremios empresariales y de los paseros. “La tolerancia cero al contrabando declarada por el Gobierno no logró resultados significativos y continúan las quejas de los afectados”, agrega.
Sostiene que la triangulación comercial es una característica que define a la economía paraguaya desde hace décadas. “El negocio de la importación y reexportación de mercancías tiene su origen en el proteccionismo de los países vecinos, la economía abierta del Paraguay y la protección política de este tipo de negocio”, expresa.
Puntualiza que esta práctica forjó empresas informales y “ejecutivos de frontera” que acumularon riquezas, crearon empleos precarios, financiaron campañas políticas y contribuyeron limitadamente a las arcas del Estado con pagos parciales de impuestos y aranceles de importación. “El contrabando, incluso, ha desarrollado ciudades de frontera y atraído a comerciantes de diversas nacionalidades, la mayoría de los cuales opera en la informalidad y sostiene ocupaciones temporales e informales”, insiste.
Borda indica que el próximo gobierno tiene el desafío de combatir el contrabando desde el inicio, no solo con planes y estrategias para coordinar mejor las acciones aduaneras, sino también nombrando a personas de probada integridad y capacidad para liderar Aduanas, sin interferencias de intereses políticos y económicos, dedicadas enteramente a cumplir con su función.