Cargando...
“Para que Cuba alcance un más rápido crecimiento que su sufrida población demanda, el país debe abrazar la economía global y abrirse más a la inversión extranjera, para eventualmente incluir compañías estadounidenses”, indicó Richard E. Feinberg, autor del estudio “La nueva economía de Cuba y la respuesta internacional”.
El estudio concluye que, pese a los avances realizados por el gobierno de Raúl Castro, la economía cubana sigue estancada y el mayor freno es el “desfasado modelo económico, heredado de la Unión Soviética”.
El informe reconoce que, tras la caída de la Unión Soviética en la década de los 90 del siglo pasado, La Habana se abrió a la inversión europea o canadiense y ahora ha buscado otros socios en países emergentes, como Brasil o China, pero no ha conseguido imitar el dinamismo de estas últimas.
Para ello recomienda, como paso clave, acercarse a organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial, como han hecho países como Vietnam y Nicaragua, dejando a un lado los recelos y reconociendo el papel de promotor del crecimiento de estas instituciones.