El nuevo Hospital Ingavi del IPS, una inversión de US$ 70 millones para descomprimir el Hospital Central, debía ser terminado en marzo de 2018. Sin embargo, la obra sigue sin ser entregada y el funcionamiento del establecimiento se retrasa por una negligente descoordinación entre entes estatales. Miles de pacientes ya podían ser atendidos ahí.
El flamante hospital no puede operar porque su planta de tratamiento, concluida en un 100% según las autoridades del IPS, no tiene dónde verter el agua tratada.
Primeramente, el IPS culpó de esta falta de operatividad al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), ya que esta cartera no terminó la planta de tratamiento de efluentes prevista en San Lorenzo a la cual debe interconectarse la planta de Ingavi. Ante esa situación, el MOPC gestionó ante el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sustentable (Mades) el vertido de las aguas tratadas del hospital Ingavi al arroyo San Lorenzo, solicitud rechazada ya que el Mades indicó que es el IPS el que debe gestionar.
El director de Infraestructura del IPS, Arq. Gustavo Masi, aseguró ayer que acordó ya con el Mades que mientras el MOPC culmina las obras de su planta en San Lorenzo, Ingavi verterá de forma temporal al arroyo.
El Mades respondió que no existe tal acuerdo, aunque reconoció que se habló de la posibilidad de derramar al cauce citado, siempre que se cumplan los requisitos técnicos. “El IPS debe presentar el informe de inocuidad del agua a ser vertida, la cantidad y otros informes de su planta de tratamiento. Una vez presentado, tenemos 15 días para el estudio”, señaló la directora de Control del Mades, Carolina Pedrozo.
La Ing. Lilian Fernández, directora del Ambiente de la Comuna de San Lorenzo, comentó a ABC que el IPS no informó sobre la necesidad de desaguar en el arroyo.
Grupos de vecinos y voluntarios, que promueven hace 2 meses la limpieza del recurso que desemboca en el Lago Ypacaraí, se mostraron preocupados y exigieron una audiencia pública.