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El Presidente trató de guardar la compostura ante semejante recibimiento, pero apenas pudo esperó que pasaran los primeros seis autos de competencia para retirarse luego en medio de silbidos nuevamente.
El espontáneo repudio al jefe de Estado llamó la atención, más aún en un ambiente deportivo, que no suele caracterizarse con este tipo de expresiones. El abucheo puso nerviosos a los miembros de su guardia que son del Regimiento Escolta Presidencial (REP).