La canasta mecánica

LA BALA PERDIDA-- En el interior de su casa, una niña de 13 años fue alcanzada en la cabeza por una bala perdida que le provocó convulsiones. Los padres ni los médicos del hospital del IPS de Pedro Juan Caballero se dieron cuenta de que ella estaba herida de bala, hasta que la trasladaron a Asunción, le realizaron una tomografía y pudo verse nítidamente una bala incrustada en el cráneo de la menor. El proyectil había ingresado por el techo de su habitación en donde dejó un orificio.

La canasta mecánica
La canasta mecánicaArchivo, ABC Color

Cargando...

Dice el refrán que a las armas las carga el diablo… y las disparan al aire los imbéciles. Portar arma es una enorme responsabilidad que no la van a saber ejercer propietarios novatos, sin experiencia en seguridad. Tampoco personas con trastornos mentales. Gente inexperta e irresponsable manejando armas es una receta segura para el desastre.

Por qué nos inquieta la presencia de un arma. Porque una pistola no está presente para contribuir a las buenas relaciones. Existe fundamentalmente para mutilar y matar, su existencia está tácitamente relacionada con la violencia, el daño físico, la muerte.

Cuando enfundo un arma y salgo a un espacio público altero las cualidades de ese espacio. Estoy introduciendo un objeto que transmite una actitud en la que las personas figuran como cosas; ya sea como obstáculos que debemos superar, como artículos manipulables o como potenciales cadáveres. Un revólver acarrea consigo un sentido y una potencia que es pública y afecta a toda la gente a su alrededor, sin importar las intenciones de quien la porta.

Esta es la era de la violencia, inmersos en un caldo donde lo imaginario se mezcla con fantasías de imágenes violentas. Cuando alguien llega a cenar a nuestra casa exponiendo un arma de fuego, percibimos y advertimos a los demás en términos de fuerza, los concebimos como “cosas” y no como iguales en pensamiento y discurso.

En un sitio donde haya personas armadas, si encaremos problemas morales contemporáneos, evitaremos la discusión sobre temas como el aborto, la diversidad sexual o el derecho a portar armas. Los defensores de la portación de armas en EEUU dicen que “Dios nos creó, Colt nos hizo iguales”.

Recomendado el libro Autodefensa, Una Filosofía de la Violencia de Elsa Dorlin. Ella expone que históricamente, una línea invisible divide el mundo en dos: los cuerpos dignos de ser defendidos y aquellos que, desarmados, quedan indefensos. Un desarme organizado que plantea directamente la cuestión del recurso a la defensa propia a cualquier movimiento de liberación. Aborda la resistencia de los esclavos hasta las clases de jiu-jitsu que tomaron las sufragistas, pasando por el levantamiento del gueto de Varsovia, los Panteras Negras o las patrullas queer, Elsa Dorlin traza sin dejar de lado las contradicciones de cada caso, una genealogía de las prácticas autodefensivas. Una historia de violencia que arroja luz sobre la condición de nuestros cuerpos y sobre las políticas de seguridad contemporáneas, e implica una relectura crítica de la filosofía política, desde posiciones feministas.

carlafabri@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...