Dean, el inmoral. Primera entrega: un rebelde con causa

El reciente estreno de una nueva obra escrita por el renombrado actor y dramaturgo Arturo Fleitas inspira al maestro Agustín Núñez –dramaturgo, actor y formador de actores, director y formador de directores– esta serie de reflexiones sobre el trabajo teatral –y sobre lo que refleja de nosotros y nuestras sociedades–, cuya primera entrega el Suplemento Cultural se honra hoy en compartir con sus lectores.

Alfredo Chaves (Miliki) y Erik Gehre en una escena de Dean, el inmoral.
Alfredo Chaves (Miliki) y Erik Gehre en una escena de Dean, el inmoral.Hugo Barrientos

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«A fines de los cincuenta, surge la figura de alguien que realmente me causó un impacto definitivo y fue un jovencito norteamericano que actuaba con un estilo nunca visto antes en la pantalla, aunque ya había tenido un ilustre e igualmente impactante antecesor en Marlon Brando. Su nombre era James Dean». Son palabras de Arturo Fleitas, amante del cine desde muy joven, actor y director de teatro paraguayo radicado desde hace años en Uruguay, autor de la obra teatral Dean, el inmoral, estrenada hace unos días por Cábala Teatro bajo la dirección de Fátima Fernández Mercado y con la producción de Julieta Benjamín.

Llevar a escena, escribir o filmar aspectos de la vida de alguien es sin lugar a dudas una muy difícil tarea, ya que cada autor dará una versión diferente de la misma. Más aún cuando se trata de un mito o una leyenda del mundo del arte, donde solo una sutil línea separa la verdad y la ficción. Fleitas, en este caso, recoge información de distintas fuentes y autores para elaborar un particular perfil de este fenómeno de la actuación llamado James Dean, joven y rebelde actor que en los años cincuenta rompe estereotipos para visibilizar la presencia de un sector de la juventud norteamericana, el de los «rebeldes», en apariencia, «sin causa», que justamente es el título de la segunda película de Dean.

«Yo no podía creer lo que este muchacho hacía con sus miradas, sus pausas, el movimiento descuidado de su cuerpo, sus tonos impredecibles y aquella energía que arrasaba con todos sus demás compañeros de reparto». ¿Pero cómo le surgió la idea de escribir una obra sobre él? La respuesta tiene nombre propio: Erik Gehre. Nombre de un joven actor con el cual se cruzó en varias ocasiones en su paso por el teatro Arlequín de Asunción. Impresionado por su parecido físico, un día le dijo: «Vos tenés que hacer de James Dean». «Escribime la obra», le respondió él, y se alejó. Pasaron varios años, pero no pasó la idea de escribir sobre Dean, hasta que en 2019 la obra estaba escrita y entregada a Erik, que la recibió perplejo.

Dean, el inmoral fue planteado en principio como un monólogo, hasta que otros personajes fueron invadiendo el texto con su presencia y finalmente terminó siendo una obra para dos actores y una actriz. Al verla ya en escena, uno tiene la impresión de estar ante un extraño ceremonial en el que Dean invoca a diversos personajes que marcaron su vida a fuego, desde familiares hasta empresarios y directores, pasando por amigos y compañeros, entre otros muchos. En hora y media, Dean nos transporta por un rápido, tortuoso y agresivo derrotero sobre momentos de su vida, sin ningún tipo de concesiones. Construye así un vertiginoso mundo imaginario donde el presente y el pasado se mezclan, llegando inclusive a plantearnos si lo relatado por él es real o producto de su efervescente fantasía. Fleitas nos brinda «su atormentado mundo, en donde el desenfreno sexual, su dolor sin descanso, el egoísmo más desatado, el inconformismo con todos y hacia todos, la rabia y el desprecio hacia un mundo en el que no quería vivir y que finalmente desata en él ese impulso tanático que lo llevó a correr a ciento ochenta kilómetros por hora para encontrarse tempranamente con la muerte, única amante deseada a pesar de la competencia de muchas mujeres y hombres que pasaron por su cuerpo».

El texto dramático ha sido trabajado por este equipo desde el mes de marzo del 2020 buscando constantemente diferentes formas de presentarlo sin caer en la fácil tendencia al morboso dramón, y lo lograron. El drama se mezcla inteligentemente con la ironía y el humor negro, llegando incluso a brindarnos momentos sublimes. Es un texto con una fuerte carga psicológica, una filosa navaja que disecciona y nos enfrenta sin piedad a una sociedad fría y cruel. Fleitas se suma así al discurso de otros autores, como Truman Capote y Tennessee Williams, que parten de lo psicológico como emergente para mostrarnos el estado de valores, el pulso de una sociedad. Dean, el inmoral es un golpe bajo y certero a toda una sociedad, que bien podría ser la nuestra, ciega a las enormes carencias y reclamos que tienen que ver con «el factor humano».

*Escrita por Arturo Fleitas y dirigida por Fátima Fernández Mercado, Dean, el inmoral se estrenó el 26 de junio, con Erik Gehre en el papel de James Dean y todos los personajes que lo acompañan interpretados por Alfredo «Miliki» Chaves y Mafe Mieres.

arcangel134@yahoo.com

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