Astor Piazzolla y la historia del tango en una suite

Fue en los burdeles donde el tango se desarrolló como música de fondo y forma sonora del encuentro emotivo con un mundo nuevo, escribe el intrépido Julián Sorel.

Ástor Piazzolla, "Histoire du Tango for Flute and Piano"
Ástor Piazzolla, "Histoire du Tango for Flute and Piano"

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El primer movimiento, Burdel 1900, de la suite de Piazolla Histoire du Tango revive los años de la Guardia Vieja, del inicio del tango, que viene de la milonga, que viene de la habanera, que viene de la contradanza y del tango andaluz, géneros de música y de reunión, de esa música que es parte del acto humano de reunirse para cantar y bailar. Cuando la milonga era pieza de baile obligada, el cronista inglés Cunninghame Grahams retrata un Buenos Aires lleno de tangos y pericones. A fines del siglo XIX e inicios del XX, la inmigración masiva multiplicó a tal punto la población masculina que, como señala Flores en El tango, desde el umbral hacia adentro, la clientela en los prostíbulos se multiplicó también. Fue allí, en los burdeles, donde el tango se desarrolló como música de fondo y como forma sonora del encuentro emotivo con un mundo nuevo.

Según Horacio Salas en El tango, «El cabaret de los (años) veinte recurre a músicos de la nueva camada que en general no han tocado en los prostíbulos, sino que han estudiado, conocen los conservatorios, y por ello serán capaces de otorgar a la música mayor riqueza melódica y sonora». Después de que los jóvenes de la alta sociedad porteña lo llevaron a Francia, explica Gobello en la Breve historia crítica del tango, de los cabarets parisinos, el tango entró en los cafés bonaerenses. Comenzó a gestarse una audición atenta, que valoraba los componentes estéticos del tango, y no solo su funcionalidad en la pista de baile. Son los años que recrea el segundo movimiento, Café 1930.

El tercer movimiento recrea, anota Piazzolla en la partitura original, la era de «revolución y cambio total de ciertas formas de viejo tango. No bailable, sí escuchable. Música para los músicos». Piazzolla llevó al tango recursos del jazz (sobre todo del cool jazz) y la música clásica europea (Stravinsky, Dvorak, Bach, ideas académicas de contrapunto como las del barroco, compases irregulares, polirritmia, politonalismo, temas fugados), y es esa evolución lo que recrea Nightclub 1960.

Concierto de hoy, el cuarto movimiento, esboza, escribe Piazzolla en la partitura, «el tango de hoy y del futuro», un «tango con reminiscencias de Bartok, Stravinsky y otros», y cierra la suite. Suite cuya adaptación para guitarra y orquesta conforma el último disco de Berta Rojas. Como parte del repertorio del concierto del próximo viernes por la noche podremos, además, escuchar parcialmente esta Historia del Tango.

Bibliografía

R. B. Cunninghame Graham: El Río de la Plata, Londres, Clifton House, 1914.

Rafael Flores: El tango, desde el umbral hacia adentro, Madrid, Catriel, 2000.

José Gobello: Breve historia crítica del tango, Buenos Aires, Corregidor, 1999.

Horacio Salas: El tango, Buenos Aires, Planeta, 2009.

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