Paraguay ante el desafío de fortalecer al principal motor de su economía

Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) son unidades económicas que se ocupan bajo definidos criterios de trabajo y capital a actividades como la artesanal, industrial, agroindustrial, agropecuario, forestal, comercial o de servicio. De acuerdo con la Ley N° 4457/12, su clasificación está determinada por la cantidad de personas empleadas y su nivel de facturación anual. Para ser considerada una microempresa o “MIE” por sus siglas en la normativa, la misma debe emplear a un máximo de diez personas, en la que el propietario trabaja personalmente o integrantes de su familia. La facturación anual no debe superar el equivalente a G. 500.000.000.

Mientras que en una pequeña empresa o “PE”, la cantidad de trabajadores está fijada en un máximo de treinta y los ingresos de la compañía hasta el límite de G. 2.500.000.000. Para el caso de las medianas empresas, los empleados no deben superar los 50 y la facturación de la empresa hasta el tope de G. 6.000.000.000. Conforme a la normativa vigente, los parámetros de clasificación expuestos deberán ser concurrentes, primando en caso de dudas, el nivel de facturación anual.

Si antes de la crisis, un alto porcentaje de la mencionada categoría empresarial ya cargaba con ciertos problemas financieros (falta de acceso a créditos blandos, sin espalda financiera, etc.) con la pandemia muchas de ellas iniciaron un proceso de complicaciones que las obligaron, finalmente, al cierre de sus operaciones. Situación que elevó la tasa de desempleados, al considerar que la categoría empresarial absorbe a aproximadamente el 70% de la fuerza laboral total del país.

Los números de la pandemia

Al cierre del año 2020, la población ocupada en Paraguay era de 3.454.040 personas. De este total, el 67,8% trabajaba en una microempresa, el 9,1% en una pequeña, el 3,1% en una mediana empresa y el 9,4% en una unidad económica con 51 y más personas empleadas, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Al comparar los datos del cuarto trimestre 2019 con el 2020, se observa que en las pequeñas empresas, la reducción fue de más de 36.000 personas. En tanto que, en las medianas, el desempleo afectó a unos 5.600 trabajadores y en las empresas de 51 personas o más, a alrededor de 41.500 hombres y mujeres.

El caso de las microempresas es de destacar, ya que entre los trimestres de 2019 y 2020, la ocupación creció 4,1 puntos porcentuales. Esto es, 135.508 personas más que ingresaron a esta categoría empresarial. Muchas de estas personas encontraron en actividades familiares nuevos ingresos ante la pérdida sufrida como consecuencia del cese laboral.

En el 2° semestre de este año, los números han evidenciado ciertas variaciones. Conforme a los datos del INE, de las 3.410.927 personas ocupadas (277.254 ciudadanos más con respecto al mismo periodo del año pasado) el 67,6% de este grupo labora en microempresas, el 9,2% en las denominadas pequeñas, el 3,1% en las medianas y finalmente el 7,7% presta sus servicios en las empresas, con 51 y más personas.

De esta manera, en el comparativo interanual de los meses de abril, mayo y junio del presente año con relación al 2020, el mercado laboral experimenta un aumento en las categorías de micro y pequeñas empresas con 203.922 y 38.499 trabajadores más. Esta situación es adversa para las medianas (7.972) y las que emplean más de 51 personas, que registran una disminución de 7.972 y 19.969 personas, respectivamente, al comparar con el 2° trimestre del año anterior.

En tanto que, entre el 1° y 2° trimestre de este año existen menos personas empleadas en las microempresas (36.131 personas), en las pequeñas (16.999) y en las de más de 51 personas (64.077). Solo las medianas han reportado más trabajadores (1.868) entre los meses de enero, febrero y marzo con respecto a abril, mayo y junio de este año (ver info).

Una mínima parte refleja el proceso de recuperación económica con la tímida reinserción laboral. Sin embargo, los números gruesos muestran que el mercado laboral no está aún acompañando el ritmo de la demanda al 2° trimestre de este año.

Fogapy: ¿Una herramienta que mitigó el impacto en las mipymes?

En el marco de la Ley de Emergencia Económica, aprobada el año pasado y mediante la cual se establecieron medidas administrativas, fiscales y financieras para mitigar el impacto de la pandemia, resurgió una herramienta en la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), el Fondo de Garantía para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Fogapy). Este instrumento, creado en el 2016 y casi inactivo desde entonces hasta el estallido de la crisis sanitaria, fue fortalecido con alrededor de G. 650.000.000.000 o unos US$ 100.000.000.

Con estos recursos se buscó dar cobertura por unos G. 3,250 billones, aproximadamente, alrededor de US$ 500.000.000 a nuevas operaciones crediticias del sector financiero y cooperativo destinadas a favor de alrededor de 90.000 mipymes del país.

Al cierre de mayo de 2020, los datos del portal fogapy.gov.py muestran que se concedieron 3.617 garantías a empresas que empleaban a nivel país a 20.531 personas. El crédito concedido totalizó G. 463.658 millones, con una garantía de G. 331.773 millones. Como se observa en la infografía “Evolución de los créditos y garantías otorgadas por Fogapy”, la herramienta dio un salto exponencial desde ese periodo con cierta estabilización en el último mes. Así, a agosto de 2021, los créditos otorgados ascendieron a aproximadamente G. 4,204 billones por alrededor de G. 3,132 billones en garantías. El número de respaldo totalizó 25.078 instrumentos a favor de las mipymes que emplean a 152.411 personas en el país.

Las más beneficiadas con los fondos

Los datos revelan que las microempresas han sido las más beneficiadas con el Fondo de Garantía, con más de 11.000 en garantías crediticias, seguidas por las pequeñas (9.089) y las medianas (3.538). Sin embargo, al observar el volumen de los préstamos, las pequeñas empresas lideran la cantidad por G. 1,563 billones. En tanto que las medianas ocupan el segundo lugar y finalmente las microempresas. Esto estaría explicado por la naturaleza y tamaño de las actividades.

Recientemente, el Congreso Nacional sancionó la Ley de Consolidación Económica y Contención Social para mitigar el impacto del covid-19. En la propuesta que ya se encuentra a la espera de la promulgación por parte del Poder Ejecutivo, se contempla nuevamente un apalancamiento del Fondo de Garantía del Paraguay por US$ 25 millones. Además, otros recursos para el Fondo de Mipymes y cuentapropistas por US$ 20 millones.

Por segundo año consecutivo, los esfuerzos deberán apuntar a la amplificación y acceso de estos recursos, principalmente, para las categorías empresariales más afectadas por la crisis sanitaria.

A más de un año de desatarse la pandemia, las micro, pequeñas y medianas empresas, al igual que las de otro tamaño se siguen enfrentando al desafío de permanecer en funcionamiento en medio de la incertidumbre y pese al proceso de reapertura económica que se registra en las últimas semanas.

En Paraguay, la fragilidad de las mipymes se constituye en el principal punto que las políticas públicas deben atender. Acciones que las empujen a la formalización y al fortalecimiento de sus operaciones con paquetes crediticios más blandos y de fácil acceso.

Finalmente, este grupo de empresas forma parte de la mayor estructura laboral del país, por consiguiente, el bienestar, desarrollo y crecimiento de miles de personas dependen del despegue de este motor de la economía.

Ritmo

Los números gruesos muestran que el mercado laboral no está aún acompañando el ritmo de la demanda al segundo trimestre de este año.

67,6%

Según el INE, en el segundo semestre de este año, el 67,6% de las personas ocupadas trabaja en las microempresas y 9,2% en las pequeñas.

11.000

Microempresas fueron las más beneficiadas con Fondo de Garantía, con más de 11.000 en garantías crediticias, seguidas por las pequeñas y medianas.

Sanción

Recientemente, el Congreso sancionó la Ley de Consolidación Económica y Contención Social para mitigar el impacto del covid-19.

Crítica

Durante la etapa más crítica de la pandemia se destaca que el apoyo público no ha sido suficiente, a nivel global, señalan datos del Banco Mundial.