Prevención de la obesidad infantil

La OMS define la obesidad como «una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud», y que afecta «a todas las edades y grupos socioeconómicos».

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En la lucha frente a la obesidad infantil hay dos pilares fundamentales:

La alimentación saludable. Para prevenir la obesidad infantil es necesario que el niño conozca los alimentos que come y esté familiarizado con los hábitos alimentarios. Los niños comen cada vez menos fruta, verduras, y más comidas preparadas, bollería industrial, grasas, lo que hace que aumente la obesidad.

La práctica diaria de ejercicio físico. Una vida físicamente activa ayuda positivamente tanto a nivel físico, como psicológico. Los niños dedican cada vez menos tiempo libre a realizar algún ejercicio físico y más a ver la televisión o a jugar con la computadora. Hay que procurar reducir el tiempo que pasan delante de la televisión, ya que les lleva al sedentarismo y a consumir comida.

El ejercicio físico continuado, junto con una dieta equilibrada, va a contribuir a regular el peso corporal, evitando así la aparición de la obesidad, tanto en la infancia como en la vida adulta.

Consejos para los padres

- Al hacer las compras incluir más frutas y verduras y menos grasas y productos azucarados. Acostumbrar a los niños, desde pequeños, a comer fruta o yogur de postre en vez de dulces.

- No llenar la casa de pasteles, chocolates, galletas, caramelos, papas fritas, gaseosas, y todo aquello que aporte pocos nutrientes y muchas calorías y facilite comer fuera de hora.

- No es conveniente prohibir totalmente alimentos, como los dulces, porque en su justa medida no son perjudiciales y no poder comerlos nunca puede generar ansiedad en los pequeños y rechazo por otros alimentos.

- Es importante que el desayuno sea abundante y completo.

- En la merienda es bueno optar por frutas, lácteos o un sándwich de huevo y verduras o jamón y queso, en vez de dulces industriales.

- Limitar el consumo de refrescos azucarados, sobre todo durante las comidas.

- Comer en familia siempre que sea posible, para supervisar lo que come el niño.

- Nunca utilizar los alimentos como recompensa o castigo.

- Al comer fuera de casa, elegir restaurantes en los que se sirvan ensaladas, guisos y comidas saludables en vez de comida rápida.

- Hacer ejercicio a diario, aunque solo sea dar un largo paseo. Si los padres tienen un estilo de vida saludable, el niño también tendrá.

- Desde pequeño, acostumbrar al niño a jugar al aire libre y permanecer activo, reducir las horas de televisión, videojuegos, y otras actividades sedentarias.

- Animarlos para que se interesen por la práctica de algún deporte, en grupo o individual como una actividad extraescolar, o los fines de semana.

Fuente: MEC. 2014. Programas de estudio del 2.° ciclo de la EEB.

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