Quemaduras solares: cómo evitar

A disfrutar de las vacaciones, pero no olvidemos protegernos del sol.

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Con la llegada de las vacaciones es normal disfrutar de días de playa o de piscina, pasear en bicicleta por las rutas, jugar partidos de fútbol o vóley en la canchita del barrio y otras actividades recreativas. Nos guste o no tomar el sol, es importante que no olvidemos usar crema que nos proteja para evitar las quemaduras solares este verano.

El sol acelera el envejecimiento de la piel y, además, con los rayos UV puede ser perjudicial, porque está ligado a enfermedades graves como el cáncer de piel. Pero en verano resulta difícil no exponerse a él. Los dermatólogos advierten que el enrojecimiento de la piel es signo de que uno está empezando a quemarse.

¿Qué tipos de quemaduras podemos sufrir al exponernos al sol

Quemaduras de primer grado se caracterizan porque la piel se inflama y está roja. Suele mejorar pasadas 48-72 horas. Pero el sol también puede causar quemaduras de segundo grado, cuando la exposición es más prolongada y no se ha utilizado protector solar.

En este caso salen ampollas y los síntomas (dolor, inflamación, enrojecimiento de la piel, escozor…) son más molestos. Pueden aparecer incluso mareos, dolor de cabeza, náuseas, vómitos… en cuyo caso hay que acudir al médico.

¿Cómo proteger la piel después de un día de playa, piscina o deportes en campo abierto?

Limpiar la piel e hidratarla intensamente. Los rayos del sol provocan deshidratación de la piel y dan la molesta sensación de piel estirada o con peladuras. Se recomienda utilizar una crema hidratante para el rostro y otra para el cuerpo. Si la piel se ha enrojecido y se siente sensación de calor colocar paños fríos para enfriar la zona y usar cremas hidratantes.

Si además del enrojecimiento hay desprendimiento de piel, habría que usar un corticoide tópico (bajo prescripción médica).

Sigue estos consejos para evitar que tu piel se enrojezca:

- Usar un protector solar de amplio espectro e índice alto (mínimo 30), extender sobre la piel, cubrir toda la superficie de la cara y del cuerpo, sin dejar zonas sensibles como la nariz, el cuello, los empeines, las orejas, la frente…

- Volver a aplicarse cada dos horas o antes si hay fricción con la ropa, la arena, las toallas, sudor o baño.

- No exponerse al sol en las horas centrales del día, buscar la sombra y protegerse con ropa ligera, pero que cubre bien el cuerpo.

- Además, es conveniente complementar estas medidas con sombreros de ala ancha y anteojos oscuros.

Para tener en cuenta

Las zonas más sensibles y susceptibles de sufrir una quemadura solar son la cara, sobre todo, la nariz y las orejas, el cuello, el pecho y los hombros. Además, si tienes poco pelo o eres calvo debes proteger también tu cuero cabelludo.

A disfrutar de las vacaciones, pero no olvidemos protegernos del sol.

Fuente: https://bit.ly/3BYPPBH

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