El Tribunal de Sentencia, compuesto por Milciades Ovelar, Emilia Santos y Teresita Cazal, concluyó que el acusado es responsable del crimen de abuso infantil en perjuicio de su propia hija y dictó una pena de 18 años de encierro.
Según la acusación de la fiscala Carolina Rosa Gadea, el hecho se produjo el 7 de julio de 2020, en horas de la noche, en el interior de una vivienda.
En aquella oportunidad, el sospechoso llegó a su domicilio en estado de ebriedad, estiró a la víctima del brazo y a la fuerza la condujo hasta una de las habitaciones de la vivienda. Allí, había abusado de la hija.
Acorde a las pruebas producidas en el juicio, los abusos se repitieron varias veces y el agresor mantenía callada a la víctima bajo amenazas. El informe forense confirmó que la niña sufrió la agresión sexual.
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Los nombres de las víctimas y el supuesto autor se omiten en cumplimiento del artículo 29 del Código de la Niñez y la Adolescencia, que prohíbe la publicación de datos que posibiliten identificar a los menores de edad en condición de víctimas o supuestos autores de hechos punibles.