Durante los tres días del evento, el pabellón Centro Sul América de Río de Janeiro acogió 250 stands y 2.500 expositores del mundo del tatuaje y del piercing, tanto de Brasil como de diversos países, principalmente de Latinoamérica.
Entre los 2.500 expositores figuraron cerca de 1.000 tatuadores y profesionales del piercing, quienes mostraron las tendencias de ese amplio universo y que vuelven tras dos años de pandemia.
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El idealizador del evento, Enio Conte, indicó que uno de los atractivos en esta edición fue el concurso con 27 estilos de tatuaje, una competición con participantes de todo el mundo.
Entre los principales expositores de la feria estuvo el español Eze Nunez, especialista del estilo conocido como “realismo” y cuyos trabajos más sencillos pueden tener un valor en Europa de 2.000 euros, llegando hasta los 10.000 euros en tatuajes de brazo completo, por ejemplo, citó un comunicado de la organización.
La feria de tatuadores
Otros tatuadores de reconocimiento mundial también estuvieron como el español Alberto Pina, el quinteto profesional mexicano Estudio Good Fellas Collective y el grupo Petrosas INK, de tatuadoras brasileñas especialistas en el tatuaje de inclusión y para la población afrodescendiente.
La feria elegió a la pareja mejor tatuada durante los tres días del evento.
La novena edición de la tradicional feria retornó a su casa con entrada gratuita para el público y donación de alimentos que serán distribuidos para comunidades carentes a través de los programas sociales de la Alcaldía de la “Cidade Maravilhosa”.