La empresaria fundó Grab en 2012 en Singapur con un compañero de Harvard. Grab es una empresa de VTC que se ha convertido en una aplicación multiservicio que ahora cuenta con cientos de ingenieros en toda la región.
El objetivo es que el grupo se convierta en un catalizador para una mayor igualdad de género. “Ese es el papel que espero desempeñar, crear entornos como aquellos en los que tuve la suerte de crecer”, explica.
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La sociedad anunció este mes que quiere integrar a un 40% de mujeres en puestos de dirección para 2030 y comprometerse a una igualdad de salarios. Actualmente, solo un 34% de mujeres ocupan este tipo de puestos.
¿Cuál es la principal palanca para la igualdad de género? “Los datos”, responde la empresaria malasia de 38 años en una entrevista con la AFP. “Los datos nos obligan a ser honestos”, dice.
Igualdad salarial
Hay informes regulares que “nos ayudan a verificar cuántas mujeres tenemos en los distintos equipos, que no haya discriminación escondida y que nuestra política de igualdad salarial”, sea efectiva, explica.
A nivel mundial, las empresas tecnológicas sufren un gran desequilibrio entre hombres y mujeres. Un estudio de la consultoría Accenture y de la oenegé Girls Who Code apunta a que la proporción de mujeres que trabajan en el sector hoy en día es menor que en 1984.
Cultura machista
El sector se enfrenta a importantes desafíos, sobre todo en las empresas donde aún impera una cultura machista.
El 44% de las mujeres fundadoras de empresas tecnológicas dicen haber sufrido acoso, según una encuesta realizada por Women Who Tech a más de mil personas.
Entre otros, se han abierto investigaciones sobre agresiones sexuales en el gigante chino Alibaba, y sobre acoso sexual y discriminación en el gigante estadounidense de los videojuegos Activision Blizzard.
Los activistas subrayan que para poner fin a una cultura de la impunidad, es necesario reequilibrar los efectivos.
Mano de obra femenina
En Asia del sudeste, cerca del 32% de la mano de obra de empresas tecnológicas es femenina, más que la media mundial, según un estudio de Boston Consulting Group. Sin embargo es más bajo que en otros sectores.
“Creemos que hay que normalizar la presencia de mujeres en el sector tecnológico. Mostrando muchos ejemplos de mujeres que construyeron su carrera en el sector tecnológico”, subraya la responsable.
Es necesario alentar a las niñas a estudiar el desarrollo informático o el tratamiento de datos para impulsar el cambio, subraya.
“Tenemos que ayudar a romper los prejuicios”, incluso en los procesos de contratación, y haciendo que los trabajos sean más compatibles con la maternidad, señala.
“Creo que estamos mejor situados con equipos más diversos y una dirección que tenga más diversidad”, dice.
Más diversidad
Tan Hooi Ling creció en una familia malasia de clase media. Tras cursar estudios de ingeniería en el Reino Unido, empezó a trabajar en la consultora McKinsey en Kuala Lumpur, la capital de Malasia.
Después se inscribió en un MBA en Harvard, donde conoció a Antony Tan, un malasio del mismo apellido, pero que no es de su familia, con quien creó la sociedad VTC.
La idea detrás de Grab era resolver los problemas de seguridad de los taxis en Malasia, ya que Hooi Ling regresaba muy tarde de trabajar y no se sentía en seguridad durante el trayecto a casa.
Más de diez años después, Grab, que compró el negocio de Uber en la región en 2018, tiene un valor de unos 10.000 millones de dólares y ofrece servicios que van desde los pagos en línea hasta las entregas.