Violenta represión de manifestaciones en Birmania deja al menos tres muertos

Manifestantes portan carteles exigiendo la liberación de la líder civil birmana Aung San Suu Kyi durante una manifestación en Naipyidó, este domingo.STR

Las fuerzas de seguridad dispersaron violentamente varias concentraciones contra el golpe de Estado este domingo en Birmania, una actuación que habría causado la muerte de tres manifestantes, según fuentes locales.

audima

El país es escenario de una oleada de manifestaciones prodemocracia y de una campaña de desobediencia civil desde el golpe de Estado militar que derrocó al gobierno civil dirigido por Aung San Suu Kyi el 1 de febrero.

Desde entonces, las protestas se han reprimido cada vez de forma más violenta, con gases lacrimógenos, cañones de agua, pelotas de goma y, en ocasiones, munición real.

El domingo por la mañana, las fuerzas de seguridad dispersaron rápidamente varias multitudes dispuestas a manifestarse.

Tres personas murieron y una veintena resultaron heridas cuando los agentes intervinieron contra una manifestación en la ciudad costera de Dawei, en el sur del país, según un trabajador sanitario y medios locales.

Lea más: Jefe de la ONU condena el “uso de fuerza letal” en Birmania

Las víctimas murieron tras ser “alcanzadas por disparos de munición real”, dijo a la AFP Pyae Zaw Hein, un socorrista voluntario. Los heridos recibieron impactos de balas de goma, explicó, y advirtió que “puede haber muchas más víctimas porque seguimos recibiendo heridos”.

Hasta la fecha, se habían reportado cinco fallecidos entre los manifestaciones desde el golpe de Estado. El ejército afirma que un policía murió cuando trataba de dispersar una protesta.

Sin avisar

Manifestantes huyen del gas lacrimógeno lanzado por las fuerzas de seguridad para dispersar una protesta en Dawei, Birmania.

En Rangún, las fuerzas de seguridad también dispersaron rápidamente una manifestación este domingo, aunque no se sabe si utilizaron munición real.

“La policía comenzó a disparar desde que llegamos”, declaró a la AFP Amy Kyaw, una maestra de 29 años.

“No hubo mensajes de advertencia. Algunos manifestantes fueron heridos y otros se refugiaron en las casas de los vecinos del barrio”, agregó.

Imágenes difundidas en directo en las redes sociales mostraban a las fuerzas de seguridad utilizando gases lacrimógenos contra la muchedumbre en Rangún y cañones de agua en la ciudad de Mandalay, más al norte.

Lea más: Miles de birmanos en las calles pese al despliegue del ejército

En Myityina (norte), las fuerzas de seguridad propinaron una paliza a un periodista, que fue arrestado, según un medio local.

“La clara escalada del recurso a la fuerza letal en varias ciudades del país [...] es escandalosa e inaceptable y debe cesar inmediatamente”, reaccionó Phil Robertson, subdirector de la división Asia en la oenegé Human Rights Watch.

La víspera, las fuerzas de seguridad también respondieron con firmeza a varias concentraciones, pacíficas en general.

Al menos tres periodistas fueron detenidos, incluyendo un fotógrafo de la agencia estadounidense Associated Press y un videógrafo y un fotógrafo de dos agencias birmanas, Myanmar Now y Myanmar Pressphoto.

Más de 850 personas han sido arrestadas, inculpadas o condenadas por su participación en las manifestaciones, según la oenegé de ayuda a los presos políticos AAPP.

Audiencia el lunes

Una persona muestra casquillos de balas supuestamente utilizadas por las fuerzas de seguridad contra manifestantes en Dawei.

Sin embargo, se espera que esta cifra aumente próximamente, pues los medios oficiales informaron de 479 arrestos el sábado.

Numerosos países condenaron la represión de las protestas. Estados Unidos y la Unión Europea denunciaron la violencia empleada por las fuerzas de seguridad e instaron a la junta a dejar el poder.

Aung San Suu Kyi, galardonada con el Nobel de la Paz en 1991, no ha sido vista en público desde que fue detenida.

Lea más: La junta militar birmana bajo fuerte presión por sanciones y protestas

Se encuentra en arresto domiciliario en Naipyidó, la capital, inculpada de haber importado ilegalmente walkie-talkies y de haber violado las restricciones impuestas por la pandemia de covid-19. El lunes comparecerá en una audiencia para responder sobre estos cargos.

Por otro lado, la junta destituyó el sábado a su embajador en Naciones Unidas, Kyaw Moe Tun, que, el viernes, pidió “poner fin al golpe militar” y reclamó “la acción enérgica de la comunidad internacional” para “terminar con la opresión de la gente inocente y devolver el poder” al pueblo.

El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, indicó no obstante que la organización no fue informada formalmente del cese del diplomático.

Lo
más leído
del día