El exempresario, de 55 años, creador del primer banco privado del país, fue condenado por "fraude", "abuso de confianza", "falsificación de documentos bancarios" y "quiebra fraudulenta", entre otros.
El grupo de Khalifa, que poseía además del banco una aerolínea y dos canales de televisión, quebró en 2003 y cuatro años después su responsable fue condenado por la justicia argelina en rebeldía a cadena perpetua por malversación y falsificación.
Su fundador se refugió en Londres, donde fue detenido por los tribunales británicos y extraditado cinco años después.
El tribunal de Blida, vecina a Argel, condenó a Jalifa a pena de cárcel y una multa de un millón de dinares (6.500 euros) con el decomiso de todos los bienes embargados por "asociación de criminales", "falsificación de documentos oficiales" y "uso de la falsificación".
Otros ocho acusados quedaron absueltos, incluido el exgobernador del Banco de Argelia (1992-2001) Abdelwahab Keramane, antiguo ministro (2002-2003), y su hermano Abdenour, exjefe de la compañía nacional de electricidad Sonelgaz, además de su hija Yasmine.
Otros siete acusados en este caso recibieron sentencias que oscilaron entre dos y ocho años en prisión.