Rafah está ubicada en el sur de la Franja de Gaza, donde se refugian más de un millón de palestinos.
China “se opone y condena las acciones que dañan a civiles y vulneran el derecho internacional”, dijo un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Por ello, urge a Israel a “detener su operación militar lo antes posible, hacer todos los esfuerzos para evitar víctimas civiles inocentes (...) para evitar un desastre humanitario más grave en la zona de Rafah”, agregó.
Entre tanto, la presión internacional crece para llegar a un acuerdo de tregua entre Israel y Hamás. Un nuevo pacto incluiría una nueva liberación de rehenes.
El director de la CIA, William Burns, el jefe del Mosad, David Barnes, y el Primer Ministro de Catar, Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani, se reunieron hoy con funcionarios egipcios en El Cairo “para discutir una tregua en Gaza”, informaron medios locales.
Según Al-Qahera News hubo una “reunión del cuarteto”, en medio de la presión internacional para una tregua.
El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó recientemente a su ejército preparar una ofensiva sobre la ciudad de Rafah, junta a la frontera con Egipto.
Allí se concentran 1,4 millones de palestinos, según la ONU, más de la mitad de la población total del territorio, la mayoría personas que huyeron de la guerra que empezó hace cuatro meses.
Netanyahu reiteró el lunes su determinación de continuar con la presión militar “hasta la victoria completa” contra Hamás, del cual Rafah es el “último bastión”, y de liberar a “todos nuestros rehenes”.
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Posición de Estados Unidos
Estados Unidos, principal aliado de Israel, se opone a una operación a gran escala sin solución para los civiles atrapados en la frontera cerrada con Egipto en el extremo sur del territorio.
El presidente estadounidense, Joe Biden, exigió ayer a las fuerzas israelíes un plan “creíble” para salvar a los civiles en Rafah, “expuestos y vulnerables”, durante una reunión en la Casa Blanca con el rey de Jordania Abdullah II.
Alrededor de 1,7 millones de personas, según la ONU, de un total de 2,4 millones de habitantes, han huido de sus hogares desde el 7 de octubre en el territorio palestino, asediado por Israel y sumido en una gran crisis humanitaria.
Rafah, ahora un gigantesco campamento, es el principal punto de entrada de ayuda humanitaria, insuficiente para atender las necesidades de la población que vive en “condiciones cercanas a la hambruna” , según el Programa Mundial de Alimentos (PMA).