La oscuridad es en este contexto todo lo que nos entristece, como la pérdida de un ser querido, la preocupación por el futuro, la soledad o las crisis y las guerras en el mundo, afirmó el presidente, mientras que la luz es la sensación de comunidad y de pertenencia, el esfuerzo por un mundo mejor y las personas a las que queremos.
"Nos ilusiona tanto la Navidad porque el mensaje central es que la luz alumbra la oscuridad", dijo el presidente, que recordó cómo también en la Biblia los Reyes Magos siguen una estrella para orientarse en la noche oscura.
"Creo que podemos ganar mucho cuando emprendemos con otros la búsqueda de orientación y de objetivos. Siempre y cuando en este proceso dejemos a los demás tomar la palabra con verdadero interés y no les importunemos solo con lo que nosotros mismos hemos tenido siempre por correcto", afirmó.
Steinmeier se refirió también a la guerra en Ucrania, que dura ya casi cuatro años, y a los intentos que se están produciendo en las últimas semanas por hallar una salida negociada del conflicto, que muchos siguen, según dijo, con expectación, aunque también con escepticismo y preocupación.
"Siempre hubo y habrá señales de esperanza y motivos para la confianza. Entre ellos, que como europeos hemos vuelto a ser conscientes de nuestra fortaleza y de nuestros valores y actuamos en consecuencia", dijo el presidente.
"En largos siglos hemos aprendido lo importantes, lo irrenunciables que son la libertad y la dignidad humana, la paz justa y la autodeterminación democrática. No vamos a renunciar a ello, no para nosotros y no para nuestros socios y amigos", enfatizó.
Steinmeier reconoció que defender lo que nos parece valioso es en ocasiones una tarea exigente, pero destacó que hay que estar listo para ello y manifestó el convencimiento de que la sociedad está preparada para hacerlo.