Bardot y su huella en la moda: "Mi estilo es que no tengo estilo"

París, 28 dic (EFE).- Brigitte Bardot, fallecida este domingo a los 91 años como uno de los iconos culturales de Francia y emblemática defensora de los animales, dejó también una huella duradera en la moda por su estilo sencillo y rompedor, aunque ella asegurase que no se atenía a ninguno.

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"Mi estilo es que no tengo ningún estilo", solía responder la actriz y cantante cuando le preguntaban sobre cómo influyó su manera de vestir (y también de peinarse) en la moda de la segunda mitad del siglo XX, y más allá.

Las bailarinas de la marca Repetto, las camisetas marineras y los vaqueros de talle alto son algunos de los legados de la simplicidad del 'prêt-à porter' de Bardot, lejos del glamour que destilaban estrellas como Audrey Hepburn, con diseñadores como Givenchy, o la francesa Catherine Deneuve, con Yves Saint Laurent.

También han pasado de generación en generación el moño alto con mucho volumen en la coronilla -con la particularidad de que siempre parecía estar a medio deshacer-, el flequillo largo, el rubio platino ligeramente dorado de su tinte y la cinta ancha en la cabeza para retirar el pelo de la cara.

Dos episodios de la visión rompedora de la actriz han sido recordados este domingo por la prensa francesa: el vestido rosa de cuadros vichy, corto y ahuecado con el que se casó el 18 de junio de 1959 con Jacques Charrier, y el atuendo que lució en una cena de gala a la que acudió en el Palacio del Elíseo en 1967, con el general Charles de Gaulle como presidente.

Diseñada por Jacques Esterel, la pieza de la mediática boda con Charrier buscaba inspiración en ciertos vestidos de las chicas de los medios rurales de Francia.

"Ella no tiene rigurosamente en cuenta la moda (...) se viste así porque es su naturaleza, se viste como ella quiere vestirse", manifestaba el propio Esterel, poco después de la ceremonia, al intentar explicar un diseño que marcó un antes y un después.

El episodio del Elíseo sucedió en 1967, en el apogeo de su popularidad. Entonces, Bardot fue invitada para la cena anual de las Artes y las Letras, a pesar de la oposición de Yvonne de Gaulle, mujer del presidente. A ella se le atribuye la frase de que no quería ver a "esa cosita que se pasea desnuda".

El ministro de Cultura de entonces, André Malraux, le explicó entonces que ella era la actriz más popular de Francia y que reportaba al país más ingresos que Renault.

La primera dama accedió con la condición de que llevase un vestido negro y, sobre todo, un moño. Aquella noche, sin embargo, llegó con la melena suelta y vestida con un traje de corte militar de la firma Renoma. Se dice que fue la primera mujer en presentarse al Elíseo en pantalones.

En el maquillaje, Bardot fue también una pionera. Una de sus marcas fue usar alrededor de los ojos un lápiz negro muy blando para dibujar una línea gruesa que se extendía hacia afuera y hacia arriba en las esquinas, dándole una expresión felina.

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