Se siente como si haya arrugado un papel y tirado a la basura por que se cansó de escribir en é. Es una triste sensación. ¿Por qué dejar así tanta lucha de 7 años? ¿Quizás por cansancio? ¿Quizás por amor a alguien? ¿Quizás por miedo? No sabemos y quizás nunca lo sepamos. Solo se que el amor a un hijo y la tranquilidad de saber que es feliz no lo supera ni un hombre, ni un trabajo, ni un viaje, ni siquiera el oro del mundo.
El solo hecho de mirar la foto de Juliette da ternura, nostalgia, la capacidad de poder protegerla y el buen corazón de haberla cuidado como a nadie. Donde sea que Juliette esté, definitivamente su destino no fue haber tenido una madre así. El título de madre no es solo el haber parido, es llegar hasta el final del camino con tu hijo/a en mano hasta que Dios sea quien decida separarlos. En honor a las madres que sí valen la pena llamarlas así.
Marcia Solís