La víctima del fatal accidente se llamaba Eulalio Sosa, un muchacho que por entonces trabajaba como empleado ferroviario de la empresa Carlos Casado.
El trágico accidente en que perdiera la vida -al ser arrollado por uno de los vagones del tren que transportaba quebrachos- se produjo el 18 de julio de 1974.
En el lugar se construyó un precario y pequeño santuario de madera, al costado del camino, y que para muchas personas -en especial para los automovilistas que circulan por la zona- se convirtió en un ángel protector, por lo que es muy venerado.
Como el finado era muy fanático al club Guarani, los devotos suelen colocar en el lugar banderas e insignias deportivas del mencionado club.
Actualmente el avance de los trabajos de la ruta asfaltada denominada Bioceánica hace que el nicho corra el riesgo de desaparecer, atendiendo que con la ampliación del camino el lugar prácticamente queda en el medio.
Ante esta situación, los devotos y familiares del joven piden a los responsables del consorcio Vial Bioceánico, empresa encargada de esta obra, la posibilidad de construir otro nuevo nicho al costado del camino a fin de que se pueda continuar con la tradición popular.
El Kurusu Guarani se localiza a unos 140 km de Olimpo, en medio de las espesuras de los montes chaqueños.