El Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia, celebrado en el hotel Los Delfines del distrito de San Isidro, provincia de Lima, infringió la disposición de Ministerio de Interior peruano, que suspendió las garantías para la realización de eventos que concentren a más de 300 personas, informó el diario El Comercio de ese país.
El evento religioso se inició el jueves 12 de marzo, cuando la OMS ya había declarado el coronavirus como una pandemia. Al día siguiente ya estaban vigentes las primeras restricciones y medidas establecidas por el presidente peruano, Martín Vizcarra, para tratar de frenar el avance del virus en el país.
El congreso se extendió hasta el domingo 15 de marzo, en tanto que los responsables del hotel, en una fiscalización de la Municipalidad de San Isidro, indicaron que en el lugar solo se concentraron 250 personas, según se consigna en el acta de intervención.
Pero las fotos que compartieron los participantes en las redes sociales demostraron lo contrario. Más de la mitad del auditorio ubicado en el segundo piso del establecimiento -que tiene sillas para más de 650 personas- estaba lleno, recoge El Comercio.
La Municipalidad solo recomendó al hotel informar a “las autoridades correspondientes” cuando realicen eventos que concentren a personas en espacios cerrados o abiertos, a fin de evaluar los riesgos.
En Perú, la senadora María Eugenia Bajac tuvo contacto con un chofer peruano de la embajada de nuestro país, con la embajadora paraguaya Ana María Baiardi y con su segunda, Sonia Chávez, en su recepción y despedida, recopila también El Comercio en una nota periodística publicada ayer.
También tuvo contacto con pastores, congresistas, excongresistas y políticos evangélicos peruanos y latinoamericanos que participaron del evento.
En la cuerda floja
María Eugenia Bajac, quien está a punto de ser expulsada del Senado porque puso en peligro la salud de sus colegas, funcionarios del Congreso y periodistas, participó del evento religioso junto con Del Pilar Medina. Ya en nuestro país, la senadora fue a sesionar a pesar de ser sospechosa de portar el COVID-19 y luego se confirmó que estaba infectada.
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Además, Bajac utilizó viáticos del Congreso para un viaje particular con la excusa de un viaje oficial a Guatemala e hizo una rendición de cuentas fraudulenta de un itinerario que nunca hizo, pues nunca viajó a Guatemala. Solo al ser cuestionada devolvió los viáticos.
La Fiscalía imputó a la senadora por los delitos de tentativa de lesión grave y violación de la cuarentena sanitaria, en tanto que la diputada Medina fue imputada solo por violar la cuarentena, ya que acudió a la Cámara Baja sin respetar el aislamiento obligatorio de 14 días que tenía que cumplir tras regresar del extranjero.