Desde que el Gobierno decretó el inicio de la cuarentena sanitaria ante la pandemia de COVID-19, a mediados de marzo, las aulas de todo el país han permanecido cerradas, mientras las instituciones y los alumnos con la capacidad han continuado las clases de forma limitada vía Internet y el Ministerio de Educación Pública se plantea la posibilidad de una pausa que dure todo el resto del año escolar.
En comunicación con ABC Cardinal, el docente e historiador David Velázquez Seiferheld señaló que históricamente, el cierre de escuelas es una medida habitual en el caso de pandemias, plagas u otros desastres naturales en Paraguay.
Como ejemplo citó la llegada al país de la letal pandemia de influenza de 1918, que obligó a las autoridades a adelantar el fin del año escolar.
“Hay antecedentes”, afirmó, admitiendo sin embargo que ninguno tuvo la extensión temporal que se está planteando con la pandemia de COVID-19.
“Lo que no hay es registros históricos de qué se hizo en cada caso, así que estamos tratando de reconstruir esos procesos a ver si hay aprendizajes qué capitalizar”, comentó Velázquez Seiferheld.
El historiador señaló que períodos extensos de pausas educativas se dieron durante las dos guerras que involucraron a Paraguay: la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), cuando el Gobierno ordenó la suspensión de la educación obligatoria en 1866, manteniendo solo programas de “doctrina cristiana” para las personas que no podían combatir; y durante la Guerra del Chaco (1932-1935), cuando muchos colegios fueron convertidos en hospitales de guerra, aunque en gran parte del país las clases siguieron, acompañadas de actividades de huertos o fabricación de uniformes como apoyo al esfuerzo bélico.
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Velázquez Seiferheld también habló de experiencias más recientes de otros países ante crisis sanitarias, como las de varios países africanos con la reciente epidemia de ébola.
“En tres países, cinco millones de niños quedaron sin ir a la escuela por ocho meses, así que se trabajó prioritariamente sobre el ébola, los niños se convirtieron en comunicadores del peligro de la enfermedad, aprovecharon para trabajar temas de salud”, comentó, agregando que ante la falta de estructura para la educación digital “utilizaron la radio, la TV, los medios impresos con volantes, cuadernillos”.
Señaló también que en Singapur se está practicando una metodología que establece que los niños vayan a clases en días asignados a los distintos grados, con enfermeros o profesores capaces de detectar síntomas de COVID-19.