Matías Cubero tiene 22 años, no tiene enfermedades de base y comentó que siempre hizo deportes. En marzo pasado, volvió de Estados Unidos con síntomas del COVID-19 y tomó todas las precauciones posibles, además de aislarse completamente por 27 días en una habitación sin contacto de su familia. Al llegar al aeropuerto, tuvo que contener las ganas de abrazar a su mamá y su hermana que fueron a recibirlo.
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En contacto con ABC Color, relató su experiencia con el COVID-19 y habló acerca de la importancia de las medidas de aislamiento para prevenir la propagación de la enfermedad.
“Yo estaba en Estados Unidos realizando el programa Work and Travel. Estuve por tres meses. Salí de Asunción el 19 de diciembre del 2019. Es muy difícil saber dónde me contagié porque yo estaba trabajando en el estado de Vermont, en un resort, y en ese entonces yo estaba en contacto con mucha gente que venía de Europa, Canadá y otros estados de Estados Unidos. En ese entonces, el virus no se había expandido tanto, pero ya había rumores de que algunos países estaban cerrando fronteras, entonces le llamé a mi familia en Paraguay y le pregunto qué tal estaba la situación, si hay riesgo de que se cierren las fronteras y ellos me dicen que sí. En teoría, yo tenía que regresar el 29 de marzo recién, pero como las cosas se estaban saliendo de control, yo decidí adelantar mi vuelo y llegué a Paraguay el 19 de marzo”, comenzó relatando Matías.
Consultado acerca de cuándo empezó a sentir los primeros síntomas, comentó: “Ya vine en el vuelo con un cuadro de fiebre y tenía mucho frío. Sinceramente, pensé que en Panamá no me iban a dejar pasar porque ahí se estaba tomando la temperatura. Me dejaron pasar y cuando llegué al aeropuerto de Asunción, nos hicieron llenar un formulario en el que una de las preguntas decía qué síntomas tuvimos en los últimos 10 días. Dependía de la sinceridad de cada uno responder eso. Yo puse que tuve fiebre y dolor de cabeza. Vine con todas las precauciones en el avión. Tenía guantes, tapabocas y toallitas desinfectantes”, afirmó.
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Los síntomas
Ante la pregunta de cuáles son los síntomas que tuvo, señaló: “La primera semana la pasé muy mal. Tengo 22 años, no tengo enfermedades de base, siempre hice deportes. Pero en esa primera semana, con los síntomas de fiebre, dolor de cabeza, dolor de garganta, tos y falta de aire. Me sentía débil, me agitaba mucho en el proceso de ir de la cama al baño. No me llegó a faltar el aire de forma muy grave. Me sentaba o me acostaba y me faltaba el aire, dormía muy poco porque tenía que respirar profundo porque sentía que no me entraba el aire. El dolor de la cabeza es como si alguien te está apretando la cabeza, duele a los costados, toda la cabeza”, relató.
“En el día 14, ya no tenía ningún síntoma, pero en la segunda prueba volvió a dar positivo el test. No es que porque uno no tiene síntomas ya no tiene la enfermedad. Me hice cuatro pruebas, a los 21 días me salió negativo y dos días me dio negativo de nuevo. Una compañera que vino conmigo, que también tuvo COVID-19, en la segunda prueba le dio negativo, pero a los dos días le volvió a dar positivo. Entonces, no hay un tiempo definido para decir que hasta cierto día nomás se tiene síntomas”, anunció.
En cuanto a medicamentos, Matías dijo que en la primera semana tomó paracetamol.
“No es difícil solo para el que porta el virus, sino para toda la familia. Después de esos días, aunque ya estaba recuperado, tuve miedo para salir. Cuando almorzamos en familia, me siento a un lado de la mesa, tengo mis propios cubiertos, los lavo afuera, ando por la casa con tapabocas, sigo aislado”, afirmó.
Por otro lado, dijo que además de lo físico, el golpe emocional también es fuerte. “Estar 27 días en una habitación, entre cuatro paredes sin tener contacto con nadie, es para arrancarse los pelos de la cabeza”, indicó.
Consultado acerca de si tuvo acompañamiento del Ministerio de Salud durante ese proceso, contó: “En esos 27 días, los licenciados del MSPyBS venían a tomarme la temperatura. Se portaban conmigo, me llamaban, me preguntaban cómo estaba, estaban atentos. Lo único que puedo cuestionarle al Ministerio de Salud es que cuando llegué a Asunción no me tomaron la temperatura. Llenabas el formulario y después pasabas por aduana y cada quien hacía lo que quería. Espero que eso haya mejorado con el correr del tiempo. Entiendo que cuando yo llegué era todo nuevo, pero esa fue una falencia del Ministerio”, dijo.
“No tuve contacto con mi familia al llegar al aeropuerto. De camino a Asunción ya me comuniqué con mi familia y me prepararon una habitación en la casa para que me pueda aislar. Así estuve y así sigo. Hasta ahora no le pude abrazar a mi familia”, señaló.
Al día 38 de la cuarentena en nuestro país, existen 199 casos confirmados, 8 fallecidos y 30 recuperados.