CAAPUCÚ (Emilce Ramírez, de nuestra redacción regional). La protesta se realizó en el kilómetro 144 de la Ruta PY01 “Mariscal Francisco Solano López”, en la cercanía del puente sobre el arroyo Yaguary de esta ciudad. “Unidos por el agua. Caapucú se merece” fue la consigna que expresaron mediante una pancarta.
Hace más de treinta años sufren por la falta de agua, pero la situación se agudizó en los últimos meses luego de que el arroyo Yaguary se secó, explicaron. Era la principal fuente de la Junta de Saneamiento para la provisión del vital líquido a los pobladores, dijeron.
Comentaron que para hacer frente a la escasez de agua, bomberos de esta localidad y de la ciudad de Quiindy, así como personal de una empresa constructora que trabaja en la zona, acarrean agua de aljibes al reservorio de la aguatera. Sin embargo, la situación ya es insostenible porque no abastece la alta demanda, indicó el concejal municipal de este distrito Abel González (PLRA).
El edil comentó que en marzo la Municipalidad declaró emergencia ambiental por falta de agua en el distrito, que se agudiza con el paso de los días, dijo.
La presidenta de la Junta de Saneamiento, María Elisa Espínola, señaló que en el casco urbano existen 805 familias que dependen de un tanque de 120.000 litros que se llena una vez al día. Dijo que de alguna manera están abasteciendo ese sector, pero la problemática mayor se presenta en las compañías, como Capillita y Montiel Potrero, según reconoció.
Indicó que con un camión cisterna de 5.000 litros de la Comuna tratan de llegar a otras zonas, pero muchas veces no dan abasto. Añadió que el intendente Carlos Romero (PLRA) solicitó a la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) ayuda para poder abastecer a las demás comunidades afectadas, pero no tienen respuesta.
Pidieron ayuda de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) para construcción de un acueducto, pero tampoco tienen respuesta, dijo.
Situación es desesperante
El párroco de Caapucú, presbítero Cirilo Rolón, señaló que, debido a la escasez de agua en la comunidad, actualmente muchas familias se ven obligadas a vender sus gallinas o sus productos agrícolas para comprar el vital líquido en botellones para el consumo. Dijo que otras personas sin esa posibilidad beben agua estancada y sin tratamiento alguno, poniendo en peligro su salud.