Su desconsolada madre, Blanca Riveros, también acompañó el féretro, que primero llegó hasta la iglesia San Buenaventura, donde el padre Armando Sotelo, tío del militar, ofició la santa misa, concelebrada por el párroco de Carapeguá, Cirilo Martínez, y sacerdotes invitados.
En el cementerio local, el camarada del militar Tte. Pablo Vera describió al teniente como un gran amigo y hermano, quien en vida fue “un gran ejemplo a seguir, fue una persona que ha demostrado que para lograr tu sueño, nunca existe obstáculo, y ha demostrado valor verdadero de amistad”.
El padre Sotelo pidió a Dios consuelo para la familia.