“Este es el momento de aprovechar Itaipú para el desarrollo del país”

¿Por qué no imaginarse un tren eléctrico de alta velocidad en el triángulo Ciudad del Este-Asunción-Encarnación? ¿Puede entrar en la discusión con Brasil sobre la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú? Simón Zalimben, director de la carrera de Comercio Internacional en la Universidad Católica, expone en esta entrevista sus conocimientos sobre las potencialidades de la represa que Paraguay comparte con el Brasil, luego de estudiarla por espacio de cinco años para preparar la defensa de un doctorado en la Facultad de Ciencias Económicas, Contables y Administrativas de la (UC).

Simón Zalimben, director de la carrera de Comercio Internacional en la Universidad  Católica  hizo su tesis sobre Itaipú.
Simón Zalimben, director de la carrera de Comercio Internacional en la Universidad Católica hizo su tesis sobre Itaipú.Archivo, ABC Color

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–¿De qué se trata la tesis?

–Se llama “Proceso analítico jerárquico para la identificación de objetivos prioritarios de Itaipú en la margen derecha”. Es un trabajo de tesis para el doctorado de Ciencias Contables en la Universidad Católica.

–¿Estudió cinco años sobre Itaipú?

–Sí, fueron cinco años preparando el trabajo. Pienso que el debate sobre Itaipú debería ser más profundo porque esto es complejo. Tiene una dimensión política, económica, una parte ambiental, una parte social. Tiene muchas aristas. Itaipú tiene un plan estratégico. Sabe donde debe destinar sus recursos para cumplir sus objetivos. Lo que pasa es que la gente no tiene muy claro eso. Quizás no se tomaron cuatro o cinco años como yo para investigar. Nos quedamos generalmente en el Tratado o lo que conocemos en la prensa.

–Lo que la gente quiere saber es qué va a pasar después del 2023, con la renegociación del Anexo C.

–Yo planteé esa pregunta: cuál es la visión post 2023 en la gerenciación de una de las hidroeléctricas más grandes del mundo. Lo más importante de Itaipú es que tiene una columna vertebral, una hoja de ruta compuesta de 14 objetivos estratégicos que está documentada en la Declaración Cartes-Temer de 2017, en los que debe centrarse la entidad para explotar sus recursos.

–¿Qué plantean esos objetivos?

–Saltan muchos temas como el recambio de personas, recambio en cuanto a maquinarias y producción, en qué se van a gastar los recursos, un plan sustentable para que la represa tenga un horizonte de una vida útil mucho más larga...

–¿Hay que renegociar solo el Anexo C o el tratado en general?

–Para mí, la prioridad no debe ser solamente la renegociación del Anexo C. Debe ser una revisión del Tratado.

–Va a depender de Brasil.

–Paraguay ya tiene antecedentes de negociaciones ventajosas con Brasil, como los fondos de Focem (Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur), donde aporta un 1% y recibe casi 49% de los recursos. Eso fue producto de una negociación, de un trabajo previo.

–Esta vez será un “mano a mano” con Brasil...

–Es un socio grande, estamos de acuerdo. Pero, lo que no tenemos que perder de vista es que el 83% de la energía que usamos es de esa entidad. El 10% de la contribución del PIB, de manera directa, proviene de las binacionales, Itaipú con tres cuartas partes del total. Las binacionales generan más recursos, al menos de manera más directa que la ganadería, desde el punto de vista de la producción ganadera. La generación de energía no solo sustenta la economía. Puede contribuir a actividades que más adelante pueden potenciar esa generación de dinamismo económico, de buscar un país más equitativo; que fomente la competitividad, expandir su complejidad, traducido, que no solamente tengamos que exportar dos o tres cosas como hasta hoy...

–A Brasil le conviene bajar el precio de la energía y terminar la discusión. Para Paraguay es una oportunidad para plantear un superpréstamo, como ese de los 20.000 millones que recomendaba Pappalardo. ¿Por qué no aspirar a un ferrocarril eléctrico?

–Itaipú es una fuente inagotable. Así como financia puentes internacionales, por qué no podría financiar un ferrocarril eléctrico de alta gama. Las cabezas del equipo multidisciplinario negociador deben tener muy claro los puntos que hay que negociar. No podemos perder de vista que Itaipú es una de las empresas hidroeléctricas más grandes del mundo de la que somos copropietarios...

–¿Qué se tiene que renegociar del Anexo C?

–Yo soy partidario de negociar en forma general Itaipú, no solo el Anexo C. Ahí podemos entrar en cuestiones semánticas y de redacción que entra más en un ámbito jurídico, pero esta es la oportunidad de hacer una revisión del tratado completo.

–¿Firmar un nuevo tratado?

–No digo firmar uno nuevo pero tener en cuenta que hoy estamos ante una realidad diferente. El punto 1 del tratado habla solamente de generación de energía. Eso está superado. Este es el momento de aprovechar los recursos de Itaipú para el desarrollo. Hay una hoja de ruta para evitar esa discrecionalidad que pareciera flotar y que hace parecer estos postulados como una quimera. Sin embargo, no es una cuestión arbitraria. Hay otras declaraciones de Presidentes. Están las de Lula y Lugo...

–Ellos hablaron solo de tarifas...

–Correcto, y de algunos otros puntos. En la Declaración Cartes-Temer hubo un punto de inflexión, el de dar cumplimiento a ese plan estratégico de 14 objetivos, los primeros cuatro de ellos: asegurar la producción de energía, tener el equilibrio económico financiero, ser líder mundial en sustentabilidad corporativa y contribuir en el desarrollo sostenible; invertir en investigación, aprendizaje y crecimiento.

–Hay mucho oportunismo en este tema de Itaipú. Los políticos son los que más se surten del tema a la hora de hacer sus campañas. Si la culpa no es del Gobierno que se va, es el “Imperio del Brasil”.

–La ignorancia es la madre de todos los males. Por eso, la sociedad tiene que involucrarse. La academia, la Universidad, sin interferencias políticas tiene que poner su visión sin interferencias políticas, así como tiene su visión el Gobierno, los técnicos o la Iglesia. Ya se va el 2021. Este es un tren que va a pasar una sola vez y, si no estamos en ese momento en la estación y no subimos, nos quedamos afuera. Si en nuestro bagaje no llevamos esa visión de futuro, no veo que la negociación llegue a ser efectiva.

–En los sesenta se exportaba por 50 millones de dólares. Hoy hablamos de 12.000 millones. ¿Podemos considerar a Brasil como un “Chico Malo”?

–Hay claramente un cambio en la matriz de producción del país después de Itaipú. Eso es algo que no se puede discutir. Pero voy a lo mismo otra vez. Quizás Brasil no sea tanto el “Chico Malo”, o quizás la respuesta es sí: es un “Chico Malo”. En la mesa de negociación vamos a comprobar nuestro nivel de preparación. Lo que no podemos hacer es dejar la cancha libre para decisiones arbitrarias. Y eso sí es algo categórico que no tenemos que permitir. La oportunidad es única, es histórica. Las necesidades básicas están cumplidas, entonces hay que apuntar al siguiente peldaño.

–¿A qué puede aspirar Paraguay?

–A tener una complejidad en su economía. Itaipú puede ayudar. Seguimos exportando poco. Somos altamente dependientes del clima. Entonces, una negociación adecuada puede plantear a largo plazo un cambio en el uso de esos recursos para quizás modificar un poco la matriz de producción.

–¿Desplazar a la soja, a la carne?

–No estoy diciendo que no produzcamos soja o carne porque somos buenos produciendo eso, pero estoy diciendo que podemos complejizar un poco más, industrializar. Un kilo de carne no es lo mismo que un kilo de carne procesada; certificar y trazar esa carne. Eso genera más empleo, más recursos. Pero tenemos que tener un sistema jurídico en el cual se pueda confiar. Y no lo digo yo. Lo dice el Doing Business que compara distintos países en el mundo. Segundo, y esto es algo que sí puede hacer el Gobierno: reducir los tiempos para la apertura de empresas; reducir la complejidad y los costos que tienen hoy. Tiene que ayudar a formalizar para que tengan un incentivo, tener los papeles en regla para poder trabajar.

–Desde los orígenes de Itaipú, la academia, la Universidad fue protagonista. Ni Stroessner pudo detener aquellos debates históricos en la Facultad de Medicina, Ingeniería, en la Universidad Católica donde incluso entraron a reprimir. Eso no existe más hoy...

–En la medida en que los ciudadanos tengan más claridad sobre lo que se va a negociar se va a involucrar más. ¿Cuáles son los puntos que hoy el Gobierno tiene como prioritarios? ¿Cuál es la importancia relativa de Itaipú sobre el total del país? El ciudadano común no necesita saber los números grandes sino compararlo: “esto significa, seis hospitales más o 20 mil viviendas más...” Desde la academia, con alguna equivalencia es más fácil explicar al público. Desde la Universidad tenemos la ventaja de analizarlo en varias facultades. Nosotros, por ejemplo, estamos en una escuela de negocios y podemos ayudar con el modelo financiero. Desde el ámbito de Ingeniería pueden hablar los técnicos, de cómo repotenciar eso. Cada cual puede contribuir. No hace falta que tengamos un nivel sumamente técnico.

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