En comunicación con ABC Cardinal este jueves, Emanuele Ottolenghi, experto en asuntos de Oriente Medio de la Fundación para la Defensa de la Democracia, opinó sobre el escándalo originado por la reciente incautación en Argentina de un avión de propiedad venezolana e iraní tripulado por personas vinculadas a grupos militares de Irán que presuntamente visitaron Paraguay en la misma aeronave en mayo.
El avión Boeing 747 de la aerolínea Emtrasur SA, que está retenido en Argentina, había aterrizado el 13 de mayo en el Aeropuerto Guaraní, en Minga Guazú, y dejó el Paraguay tres días después, el 16 de mayo. Originalmente no se notificó a Paraguay de la presencia de ciudadanos iraníes en el avión.
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Ottolenghi dijo que su impresión es que la visita de los iraníes tanto a Alto Paraná como a Buenos Aires fue “para establecer o desarrollar contactos en inteligencia o armar operaciones”, señalando que “claramente los hombres en la tripulación no son entrenadores, pilotos o tripulación”.
Señaló como persona de especial interés a Ghasemi Gholamreza, quien figura como capitán de la aeronave y es señalado como miembro de la Fuerza Quds, una de las alas de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, y administrador de Fars Air Qeshm.
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“Este señor (…) es miembro del consejo de administración de una aerolínea iraní de cargas responsable de todas las transferencias de armas entre Irán y Siria; es un hombre importante con un liderazgo político y estratégico en la estructura del régimen iraní”, dijo Ottolenghi.
No existen registros de las actividades de los miembros de la tripulación durante su estadía de tres días en Paraguay. Solo se sabe que los mismos estuvieron hospedados en el hotel Dazzler de Ciudad del Este y que a bordo del Boeing 747 se cargaron cigarrillos de la marca “Ibiza”, fabricados por Tabacalera del Este SA, propiedad del expresidente Horacio Cartes, por un valor declarado de US$ 800.000.
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Ottolenghi calificó de “curioso” que las autoridades paraguayas digan que alertaron a los países vecinos sobre la presencia del avión venezolano-iraní cuando en realidad la información no fue manejada con reserva sino filtrada a los medios de comunicación.
“No se trata de una acción responsable de un Estado con información de inteligencia reservada, fue una operación política sin darse cuenta de las consecuencias”, indicó.