La aventura del viaje de la vida

Matías Montenegro, Jessica Serra y Alejandro junto la casa rodante con la que recorren América.Juan Augusto Roa

Dos parejas de viajeros, una argentina y otra colombiana, coincidieron en Encarnación durante su recorrido por el continente americano. Una de las parejas viene de la sureña provincia argentina de Tierra del Fuego y la otra, de la ciudad colombiana de Armenia. Ambas coincidieron en valorar la hospitalidad y cordialidad de los encarnacenos.

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Una de las parejas está compuesta por Jessica Serra (31), profesora de historia, y Matías Montenegro (31), acompañados de su hijo Alejandro, quien hoy cumple cuatro años.

Provienen de la provincia de Tierra del Fuego, en el sur de la Argentina, y su meta es llegar a Alaska, Estados Unidos. Viajan en un furgón convertido en casa rodante por Matías, técnico en refrigeración, electricista y mecánico.

“Partimos de la ciudad de Río Grande (Tierra del Fuego), el 25 de febrero del 2021, hace un año y medio. Viajamos sin prisa y sin tiempo. Nos impulsa las ganas de conocer, compartir con la gente, conocer la historia de cada lugar, esa historia que no está en los libros. En cada ciudad que visitamos conocemos gente maravillosa”, sostuvo Jessica.

La pareja argentina elabora artículos de artesanía, imprime camisetas, cuadros, mediante un equipo que llevan a bordo, y con el cual financian su viaje. Aquí se ve a Matías Montenegro con un cuadro elaborado por él mismo.

Tras su partida ingresaron a Uruguay, país que recorrieron durante 90 días, pasando luego a Brasil, donde también hicieron un recorrido de la zona sur del país y de la costa del océano Atlántico durante 80 días.

“No pudimos ingresar a Chile porque justo nos tocó el cierre por la pandemia del COVID”, señaló Jessica.

Regresaron a la Argentina a través de la frontera seca entre Dionisio Cerqueira (Brasil) y Bernardo de Irigoyen (Misiones, Argentina). Tras recorrer la tierra misionera ingresaron a Paraguay a través del puente internacional San Roque González de Santa Cruz, que une las ciudades de Posadas (Argentina) y Encarnación.

Jessica Serra, trabajando en su notebook. A su lado se observan hilos de colores con los que elaboran pulseras, collares y otras obras de artesanía destinadas a la venta para cubrir los gastos del viaje.

“Encarnación nos impactó, es una ciudad muy linda, la gente es amigable”, sostuvo la viajera. El domingo (por hoy), nuestro hijo Alejandro cumple cuatro años, le vamos a hacer una pequeña fiesta en la costanera de la playa San José y luego nos dirigiremos hacia la ciudad de San Ignacio”, refirió la viajera argentina.

De Paraguay tienen previsto pasar a Bolivia, luego Perú y seguir subiendo el mapa hasta llegar a Alaska.

El tiempo que se quedan en cada ciudad depende de factores como el clima y la respuesta del público en materia de compras de sus artículos de artesanía, mapas o impresiones, que elaboran ellos mismos con una computadora y una impresora que tienen a bordo.

La casa rodante está equipada con paneles solares que les proveen de electricidad.

“Nuestros únicos gastos son comida y combustible”, sostiene Jessica. “Para este tipo de viajes, el primer paso es animarse, y luego se hace por el camino y eso lo financiamos con las ventas de nuestros artículos de artesanía”.

Los viajeros documentan su viaje en Instagram y Facebook relatando sus vivencias.

Café desde Colombia

El otro grupo de viajeros que recala en esta ciudad por estos días es el conformado por Diana Fajardo (37), Breine Romo (40) y el hijo de ambos, Marcelo (7).

“Hace tres años y medio que salimos de nuestra ciudad natal, Armenia, en el departamento de Quindío”, refiere Diana, la portavoz del grupo.

Diana Fajardo y Breine Romo, al lado de su VW Kombi con el que llevan tres años y medio recorriendo el sur de Amárica. El hijo de ambos, Marcelo, estaba recorriendo la plaza con su bicicleta.

Armenia es una de las principales ciudades del llamado “eje cafetero” colombiano, de la región paisa y del paisaje cultural cafetero, agrega Breine, al tiempo de comentar que una de las fuentes con que financian su viaje es la venta del famoso producto que identifica a Colombia mediante un puesto de venta montado frente a su transporte: una VW tipo Combi convertida en casa rodante.

La gente en cada lugar se acerca a degustar el café colombiano, lo que permite a los viajeros conocer a la gente, intercambiar conocimientos y experiencias.

El camino recorrido por los colombianos en estos más de tres años los llevó por Ecuador, Perú, Chile, Argentina y ahora Paraguay.

“Llegamos hasta la ciudad de Ushuaia, en el sur argentino, viajamos sin un rumbo fijo, luego de recorrer todo el sur de América regresaremos a Colombia y luego haremos el recorrido de todo Centroamérica”, comentaron.

Breine Romo ofrece los afamados cafés colombianos al público que se acerca a improvisado café-bar montado al costado del transporte, en una esquina de la Plaza de Armas.

Durante el recorrido por Argentina coincidieron en una ciudad con la pareja proveniente de Tierra del Fuego. No viajan juntos, pero eventualmente se encuentran en alguna ciudad donde coinciden, como el caso de Encarnación.

Durante el día, Diana y Breine están instalados en los alrededores de la Plaza de Armas y durante las noches se instalan para dormir en el estacionamiento de la playa San José.

Mucha gente se acerca a compartir con los viajeros colombianos, como el caso de este lugareño, Rogelio Báez.

De Encarnación tienen previsto ir a Ciudad del Este e ingresar a Brasil para seguir hacia el norte. Al igual que sus colegas argentinos, su permanencia en cada lugar no tiene un tiempo determinado.

“Para la gente que nos quiera seguir, tenemos una página en el Facebook: cafeviajerocolombia”, comentaron.

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