El comunicado de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) rechaza las afirmaciones que vinculan el aumento de las exportaciones de carne con un supuesto desabastecimiento del mercado interno.
Indican que tal afirmación es incorrecta y no se condice con la realidad del funcionamiento de la cadena cárnica.
“Cuando Paraguay exporta más carne, se faena más ganado, y esa mayor faena incrementa, no reduce la disponibilidad de cortes para el consumo local. Así funciona cualquier país exportador serio y eficiente, y Paraguay no es la excepción”, sostiene.
También comenta que nuestro país se ha consolidado como país exportador por la calidad de su carne. La cadena de valor constituye un pilar insustituible de la economía nacional y una fuente relevante de divisas para el país.
Agrega que pretender instalar que la exportación compite con la mesa del paraguayo “es una simplificación peligrosa, que desvía la atención de los verdaderos problemas”.
Manifiesta que en un contexto donde el precio de la carne al consumidor registra un aumento cercano al 17%, es imprescindible aclarar que el productor ganadero viene recibiendo precios en baja desde hace varios meses.
A esto se suma la estrepitosa caída del dólar, que ha provocado una reducción cercana al 25% en guaraníes del ingreso real del productor. “Resulta incomprensible que los precios al consumidor no acompañen esta caída cuando el ajuste ya fue absorbido casi exclusivamente por el eslabón productivo”.
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“La Asociación Rural del Paraguay insta al Gobierno Nacional a asumir con responsabilidad el impacto de la política cambiaria y a tomar medidas urgentes para frenar la depreciación del dólar”, señala el documento.
Incertidumbre en la cotización
Señala que la incertidumbre en la cotización de la moneda estadounidense profundiza aún más la falta de previsibilidad del negocio ganadero, un problema que el sector viene señalando y reclamando desde hace tiempo.
“Para el productor, esta situación es gravísima, vende en dólares, pero paga la mayoría de sus costos en guaraníes. Continuar por este camino erosiona la rentabilidad, desalienta la inversión y pone en riesgo la sostenibilidad de uno de los principales motores económicos del país”, finaliza.