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Los peregrinos, agotados luego de largas travesías para llegar hasta la Basílica de Caacupé en la misa central, buscan la manera de regresar como sea a sus hogares. En el operativo retorno, la mayoría de los buses están atravesando el peaje de Ypacaraí a velocidades peligrosas.
Los ómnibus están rebasados, con personas que vienen en la estribera y, aun así, los conductores no regulan la velocidad. Pese a ello, la Patrulla Caminera no está interviniendo en ese sentido, según informó el periodista de ABC Cardinal Edgardo Romero.
A uno de ellos se le pinchó la rueda y todos los pasajeros debieron bajar para volver a esperar otro.
Entre las miles de personas, que incluso durante días han caminado para llegar a la capital católica del país, hay gente deshidratada, con insolación, calambres y con callos, por lo cual, a pesar de las condiciones inexistentes para viajar cómodamente, han abordado los buses, algunos chatarra, con el único fin de retornar lo más pronto posible a sus hogares.