Claves para una desecación eficiente: rendimiento y control de malezas

Claves para una desecación eficiente: rendimiento y control de malezasGentileza

En el corazón de la zafra sojera paraguaya, el momento de la cosecha se perfila como la etapa crítica donde se definen meses de inversión y trabajo. Sin embargo, el éxito no depende solo de la maduración natural, sino de una técnica fundamental: la desecación.

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Para entender cómo optimizar este proceso, ABC Rural conversó con el productor Vinicius De Souza, quien compartió las pautas técnicas para lograr una cosecha uniforme y un control efectivo de las malezas que amenazan la productividad actual y futura.

El “timing” perfecto

Determinar el momento exacto para ingresar con las pulverizadoras es, quizás, el mayor desafío del productor. Según explica De Souza, la observación de campo es irremplazable. “El momento ideal para la desecación ha llegado cuando la vaina de la planta está madura”. Si bien el cultivo comienza a mostrar un tono amarillento característico, el productor advierte que no se debe actuar por impulso.

Realizar el trabajo de forma prematura conlleva penalizaciones directas en el bolsillo: “Si hacemos el trabajo antes, tendremos pérdidas por falta de llenado de las vainas”. Por el contrario, retrasar la aplicación innecesariamente aumenta el riesgo de una desecación no uniforme, lo que complica el paso de la cosechadora y afecta la calidad del grano.

Para quienes buscan una regla práctica, De Souza sugiere dos indicadores visuales y físicos:

Color de la vaina: deben estar secas y amarillentas.

Desprendimiento del grano: “Si el grano se encuentra desvinculado de la vaina, es porque la planta ya no le suministra nutrientes y se encuentra óptimo para desecar”.

El doble propósito: desecar y limpiar

La desecación no es solo una herramienta para uniformar el lote; es también una oportunidad estratégica para el manejo sanitario. “La desecación no solamente sirve para secar la soja, también para controlar algunas malezas y plagas”.

En este sentido, el uso de productos, combinado con un buen exfoliante y aplicaciones específicas para ataques puntuales, permite “limpiar” el campo. Ignorar este aspecto puede ser catastrófico para la rotación de cultivos. De Souza es tajante al respecto: si no se realiza un control adecuado, las malezas se vuelven un problema grave para el siguiente ciclo, con pérdidas que pueden oscilar entre los 1.000 y 2.000 kilogramos de granos por hectárea.

Claves para una desecación eficiente: rendimiento y control de malezas

Herramientas químicas

La elección del producto depende exclusivamente de la urgencia del productor y las condiciones logísticas. El experto diferencia claramente las dos opciones más utilizadas en el mercado paraguayo:

Paraquat: es la opción para quienes lo buscan rápidamente. Trabaja bajo un “efecto shock”, manteniendo el crecimiento de la planta de forma inmediata. Si el clima acompaña con 4 a 5 días soleados tras la aplicación, la cosecha puede iniciarse rápidamente.

Glufosinato de amonio: este producto induce una maduración más gradual. El proceso es más lento, requiriendo entre 12 y 15 días para que el lote esté listo para la plataforma.

Sin embargo, hay que tener cuidado con la precocidad extrema. De Souza menciona que, aunque a partir del estado R6 se puede aplicar Paraquat, el grano tenderá a perder peso. “Si bien el grano va a tener el color amarillo, esto va a ir en contra de nosotros los productores” debido a la merma en la productividad final.

El factor climático

El éxito de la desecación está encadenado al pronóstico del tiempo. El uso de coadyuvantes o aceites vegetales es obligatorio para asegurar la adherencia y eficacia de los productos.

Un punto crítico es la vulnerabilidad de la planta desecada químicamente frente a una que maduró de forma natural. De Souza advierte que una planta tratada con Paraquat pierde sus defensas naturales: “Si llueve 7 a 8 días seguidos después de la aplicación y uno no puede cosechar, se pueden pudrir los granos”. Por ello, la recomendación final del experto es clara: “Es fundamental manejar todo lo referente al clima dentro de un período de unos 14 días para planear los trabajos”.

Realizar una buena desecación es, en última instancia, un ejercicio de precisión donde la paciencia y la observación del clima dictan la diferencia entre una cosecha récord y una pérdida evitable.

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