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A este paso que vamos, no solamente quedarán blanqueados todos los involucrados en el caso audios sino que terminarán como héroes.
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Solo faltará que algún concejal proponga poner sus nombres a alguna calle y que ellos vuelvan a las andadas con sus negocios usurarios y corruptos.
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Abdito, el pacifista, con su reciente veto quiere evitar que los gastos sociales de las binacionales, una verdadera gallina de huevos de oro para los políticos, puedan ser incluidos y controlados en el presupuesto general.
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Los cartistas terminaron enojados el viernes, porque se aprobó la versión del Senado de la ley que otorgará US$ 25 millones a los campesinos “piqueteros”.
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El diputado cartista Derlis Maidana advirtió que analizan cambiar de postura y rechazar el veto, como hará la oposición.
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O sea que, por un enojo interno, harán algo positivo: permitir que haya transparencia en el uso de los gastos sociales de las binacionales, con su inclusión en el presupuesto general de gastos de la Nación.
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Sin embargo, esta peleíta al final se arreglaría.
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Lo que ocurrió fue que el Patrão bajó línea para que se apruebe la versión de Diputados, pero los oficialistas ya habían coordinado con la oposición. Con lo cual, el cartismo quedó “en orsai”.
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El ministro Gallo Paloma mostró una vez más el motivo por el que lo pusieron en el cargo: para desviar la atención con su verba sobre su inutilidad propia y la del Gobierno.
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Según él, el desastre de la semana pasada en el microcentro y el calvario de quienes querían concurrir a sus trabajos, fue por falta de coordinación y por no aplicación estricta de la ley del marchódromo.
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¡Chocolate por la noticia! El asunto es quién es el responsable. Obviamente, el ministrín no asume lo que le corresponde.
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Gallo Paloma admite tranquilamente todo, como si él no fuera parte del Gobierno. Después procura enredar a su interlocutor, mencionando los “problemas estructurales del país”.
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Queda claro que en este gobierno prácticamente no hay liderazgo y cada ministro hace lo que quiere o puede mientras Abdito solo piensa en terminar su mandato.