Karumbevac y el fiasco de Covax

Miles de postales de la vacunación masiva inundaron las redes sociales la semana que pasó. Cada quien con su selfi mostrando el momento de ser inoculados con la dosis anticovid-19, como evidencia de la esperanza y sobre todo la fe en la ciencia.

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En estas intensas jornadas también se vieron otras fotos muy curiosas. De entre todas ellas, la imagen de un “chofer” de karumbe tirado por un caballo haciendo fila en el autovac del barrio Estación de Villarrica (Guairá) es por lejos la más representativa. Esto nos muestra que cuando la ciencia lleva la voz cantante no hay forma de detener la peregrinación que se genera cuando miles de paraguayos acuden a los vacunatorios en busca de la ansiada protección contra el coronavirus y la mentada inmunidad de rebaño.

En esta guerra en la que Paraguay ha registrado hasta ayer sábado 17 de julio de 2021 un total de 14.230 bajas, hay alguien (o algo) que nos ha traicionado en la lucha y se ha burlado de los paraguayos: el llamado mecanismo Covax.

Esta coalición de 172 países creada a instancias de la Organización Mundial de la Salud para “supuestamente” asegurar el acceso a las vacunas en todo el mundo resultó ser un fiasco.

El 1 de setiembre de 2020, Paraguay pagó a Covax US$ 6.874.680 como prima para la adquisición de los biológicos, así como otros US$ 2.975.616 de garantía financiera, más US$ 158.000 por un total de 4.279.800 vacunas. A mayo de este año solo llegaron 170.000 dosis, una bofetada a quienes han cumplido estoicamente las normas sanitarias y quienes pagarán hasta su sexta generación las deudas contraídas por el Estado para hacer frente al covid-19.

Y otra bofetada para quienes han fallecido esperando las vacunas. Paraguay no cuenta para nada en el “concierto de las naciones” y la OMS deja morir a compatriotas sin siquiera dar explicaciones o proyecciones concretas y nadie hace nada. El único que tuvo el tino de hacer algo fue el parlamentario Hugo Ramírez, quien presentó un proyecto para exigir a Covax que devuelva los dólares. Para el canciller Euclides Acevedo, no es conveniente pedir la plata sino seguir insistiendo por las vías diplomáticas.

Sin embargo, está visto que “la diplomacia” con Covax no ha servido para nada y solo ha sumado llanto y desesperanza a la población paraguaya. Pedir otro lote como “resarcimiento” es algo mendicante. Si no cumplieron hasta ahora, ¿qué nos hace pensar que lo harán en lo sucesivo? Mientras tanto, perdemos precioso tiempo porque nadie nos resarcirá la pérdida de nuestros muertos.

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