Del instinto a la razón

En la década del sesenta del siglo pasado, el neurocientífico norteamericano Paul Mac Leand, dividió el cerebro en tres partes: Sistema reptiliano; límbico y neo corteza. Esto constituyó una verdadera revolución para las neurociencias, la psicología, la psiquiatría, la neurología y tantas otras ciencias. Más todavía que con la tecnología y específicamente con la resonancia magnética funcional ya se puede ver todas las regiones del cerebro. Y así mirar las funciones maravillosas que realiza ese órgano increíble del que sabíamos poco y ahora nos asombra cada vez más y más.

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El sistema reptiliano o tronco encefálico es el más antiguo. Está diseñado para sobrevivir. De ahí su nombre, el reptil que salió del agua hace millones de años. En esa parte se encuentra el miedo; es decir, el centro preparado para atacar o huir en caso de peligro. Igualmente alberga el apetito sexual, el hambre, los celos primitivos, la sensación de frio o de calor y las tendencias violentas.

Más en el centro, se halla el sistema límbico. Algo realmente fantástico pues en ese sitio se hallan todas las emociones y sentimientos. Fue el segundo en evolucionar, ya que al principio todo era puro instinto de sobrevivencia pero he aquí que ya nacen los deseos y sensaciones del cuerpo y la mente. Y ya se ve una memoria o sea el hipocampo, que tiene forma de caballito de mar. Esto es sencillamente fantástico ya que los recuerdos más imborrables son los que quedan grabados por emociones fuertísimas que nos marcaron a fuego, para bien o para mal. Positivos o negativos. Amor, dolor, pasión, muertes, etc.,

Pero la cosa no termina ahí. Más tarde avanzó tanto el cerebro hasta llegar a la neo corteza, algo extraordinario hasta más no poder. Arriba se alberga la zona de la inteligencia, la razón, el libre albedrío y la autoconsciencia. Lo que nos diferencia del resto de los animales y nos hacen únicos y poderosos.

Mientras los sistemas reptiliano y límbico nos indican las necesidades básicas de comer, dormir, procrear, atacar, huir, amar, desear, sentir, vivir, soñar y demás actividades, no termina ahí. Para que equilibremos todo apareció la neo corteza con el que podemos conseguir los objetivos y decidir lo mejor. Que fabuloso que las neurociencias nos de estos conocimientos. Con ellos dice Deepack Chopra, podemos crear el super cerebro. El iluminador, el creador, el rejuvenecedor, el milagroso, el sanador y el resiliente. En estos momentos tenemos que usarlo para salir adelante, con imaginación y entusiasmo. Creyendo en nuestro potencial que es inmenso.

blila.gayoso@hotmail.com

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