Una deuda con Itapúa

San Pedro del Paraná es un distrito ubicado al norte de Itapúa, en la frontera con el departamento de Caazapá. Es un lugar que tiene sus peculiaridades, entre ellas la violencia, que en los últimos años experimenta creciente intensidad, ante la cual el gobierno no acierta a dar respuestas.

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Es uno de los municipios más extensos de Itapúa, con 1.421 km² de territorio y uno de los de mayor población, que ronda los 35.000 habitantes. Es también uno de los más antiguos de Itapúa, fundado en 1789, por el gobernador español Joaquín Alós y Brú. Todavía quedan algunas construcciones de sus primeros años, con sus corredores con columnas de madera tallada y sus atractivas fachadas.

En la primera mitad del siglo pasado adquirió fama por las andanzas de un tal Demetrio Vigo, una especie de bandolero, bandido social tipo “Robin Hood”, que gozaba de la admiración del pueblo llano, y mantenía en jaque a ganaderos y autoridades. La ausencia del Estado en casi todos los órdenes, principalmente en materia de justicia, instaló entre sus habitantes la práctica de la “justicia por mano propia”, con sus trágicas consecuencias, transmitidas de generación en generación.

De un tiempo a esta parte, sin embargo, se instaló en la zona un tipo de violencia que supera por lejos el de los “ajustes de cuentas” por antiguas rencillas familiares. A los frecuentes asaltos a mano armada a transportistas, comerciantes o particulares, se sumó el sicariato. Modalidad criminal esta que responde a un fenómeno que ya dejó de ser un secreto a voces en la comunidad: la mafia del narcotráfico está instalada en San Pedro del Paraná.

Un fenómeno que se desarrolló y crece a la vista de autoridades políticas y policiales que miran para otro lado, por conveniencia, o por desidia. A este ritmo, Itapúa se encamina a ingresar al “ranking” de los tristemente célebres departamentos del norte, fronterizos con Brasil, acogotados por las mafias, donde la inseguridad, el sicariato, están a la orden del día.

Las instituciones del Estado no pueden ni deben mantenerse ajenos en este delicado asunto y extremar recursos en un área casi abandonado en materia de cobertura de seguridad. El gobierno tiene una deuda con Itapúa en esta materia. Un departamento reputado de laborioso, seguro, y uno de los sostenes de la economía nacional, donde la gente necesita tranquilidad y seguridad para seguir trabajando.

jaroa@abc.com.py

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