Vale destacar que esta visita con recepción con los máximos honores para el presidente brasileño en la capital china ratifica que para Brasil “Taiwán es una parte inseparable del territorio chino” y que solo existe “Una sola China”. Y puede que el Gobierno de Lula no tarde en presionar a su manera - con su aire de imperio- a Paraguay para abandonar las relaciones diplomáticas con la democrática República de China-Taiwán.
En Sudamérica, el gigante asiático consolida su presencia e inquieta a Estados Unidos, y a su vez ubica a Paraguay en el foco. En términos de oferta-demanda nuestra “cotización” país aumenta.
Como parte de su respuesta a los intereses de Lula, la diplomacia de Pekín dijo que “buscará un desarrollo de alta calidad, acelerará la creación de un nuevo paradigma de desarrollo y promoverá una apertura de alto nivel. Esto abrirá nuevas oportunidades para Brasil y los países de todo el mundo”.
Lula durante uno de sus discursos en suelo chino lanzó unos dardos a Estados Unidos sobre la guerra en Ucrania: debe dejar de “incentivar” el conflicto y “comenzar a hablar de paz”. Esto en lo que refiere a asuntos políticos, en tanto en el plano comercial criticó la dolarización del comercio y confirmó el uso del yuan (moneda china) con el real (moneda brasileña) en las transacciones entre ambos. En Argentina también el yuan ya está “haciendo amigos”.
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“¿Por qué todos los países están obligados a hacer su comercio amarrados al dólar? (...) ¿Quién decidió que el dólar sería la moneda global?”, dijo Lula. El embajador de EE.UU. en Brasil, Thomas Shannon, tuvo una contundente respuesta: “El dólar no es una moneda global porque EE.UU. lo impuso, lo es por el poder de la economía americana y por el papel de la economía americana en el sistema financiero y en el orden económico global.¿Qué moneda utilizarán? ¿La moneda china, la brasileña? Ok, buena suerte”, publicó O’Globo..
Lula, el gobernante de la primera economía latinoamericana fue hasta Pekín para afianzar los lazos comerciales con una de las potencias del mundo y aunque aún resta ver qué consiguió para su país, Paraguay no puede quedarse como un simple espectador de esta alianza por los intereses compartidos con Brasil y porque la posición paraguaya no podría ser mejor en este contexto para dar el salto en materia de victorias para los intereses nacionales. No hay tiempo que perder. No hay lugar para equivocaciones.
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