Es momento de alzar nuestra voz en favor de la democracia, y expresar nuestra profunda preocupación por los sucesos acontecidos.
Enérgicamente, rechazamos la represión policial y detención perpetrada contra los trabajadores que se manifestaban contra la Ley de Superintendencia ayer, y nos solidarizamos con las movilizaciones el día de hoy.
Salir a las calles no es fácil, pero es el recurso constitucional que la ciudadanía paraguaya tiene, cuando las autoridades de turno hacen oídos sordos a lo que el pueblo exige. Y el mensaje de ayer y hoy es claro: no hay un consenso sobre esta ley, y el futuro de las y los jubilados debe ser respetado.
El derecho a la protesta pacífica es esencial en cualquier sociedad democrática, y su violación a través de la fuerza policial es inaceptable. Fue solamente gracias a la presión ciudadana y mediática que el gobierno liberó a los apresados ayer, pero eso no quita lo aberrante de ese apresamiento ilegal.
Eso recuerda a tiempos oscuros pasados que no deben volver. La violencia no puede ser tolerada como respuesta a las legítimas expresiones de descontento de la ciudadanía.
Instamos a la apertura de un debate democrático sobre la Ley de Superintendencia de Jubilaciones. Las decisiones que impactan directamente en los derechos y el bienestar de los trabajadores deben tomarse con la máxima transparencia y la inclusión de la voz de la ciudadanía, con el interés general y el bienestar de la ciudadanía por sobre todo.
El Paraguay que soñamos
Itaipú, después de 50 años de ceder a Brasil la mayor parte de nuestra riqueza energética, le sirvió para posicionarse entre los países con mayor desarrollo económico. Sin embargo Paraguay, jamás pudo conseguir lo que le correspondía, sino migajas, de lo que debería ser nuestro motor de desarrollo.
Imaginémonos, 50 años con los mismos beneficios que Brasil, los 406 752 Km2, tendríamos hoy un país de maravilla, como ser en primer lugar, con un sistema de salud de primer mundo, así también con una educación, acorde a los tiempos actuales, en cuanto a Obras Públicas, generaría desarrollo para todos los paraguayos.
Este es el país que soñamos, todos los paraguayos, y que podría hacerse realidad si tuviéramos autoridades patriotas y un pueblo consciente de la importancia de utilizar nuestra riqueza energética para el bienestar de todos los compatriotas.
Volvamos a la realidad, el país que tenemos, lastimosamente, es por no tener autoridades patriotas y un pueblo consciente.
Con un sistema de Salud deplorable, una educación que no responde a los tiempos que vivimos, que tristeza, por ejemplo, ver que 200 paraguayos por día abandonan nuestro país en busca de mejores oportunidades. Si multiplicamos por 30 días, por 12 meses, o por 5 años. Esto indica que según el resultado del último censo, de los 8 millones de habitantes, tenemos 6 millones de habitantes.
La nula inversión en la línea de transmisión eléctrica, hace que tengamos un alto costo en la tarifa, y, lo peor, es que existen comunidades que no cuentan con energía eléctrica.
Itaipú, que no sea una venta de humo
Este viernes el gobierno anunció la primera -y largamente pospuesta- reunión del Consejo de Administración, y renegociación del Anexo C. Debemos estar alertas.
A su vez, esta reunión de Itaipú no debe ser una cortina de humo para buscar esconder los golpes contra la ciudadanía que está perpetrando el gobierno con la ley de Superintendencias sin debate y los apresamientos ilegales.
Nos mantenemos alertas y atentos, e invitamos a toda la ciudadanía a seguir de cerca los sucesos y defender la democracia.
Como pueblo paraguayo, no seamos un simple espectador, empecemos a ser protagonistas planteando propuestas, debatiendo y exigiendo el desarrollo que nos merecemos.
*Prof. Denis Godoy, docente, productor, activista por los derechos de los productores del campo, los docentes y los jóvenes. Integrante de la Campaña Itaipu ñane mba’e / @itaipunanembae