Los 57 años de la apertura a firma del Tratado de Tlatelolco

El 14 de febrero se conmemoró el 57 aniversario de la adopción y apertura a la firma del Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe, mejor conocido como “Tratado de Tlatelolco”, que creó la primera Zona Libre de Armas Nucleares en un área densamente poblada, y que ha servido como inspiración para otras cuatro regiones del mundo y Mongolia.

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El Tratado de Tlatelolco constituye una aportación de la diplomacia mexicana a la paz y seguridad internacionales. En 1982, el Embajador Alfonso García Robles, quien encabezó los esfuerzos de México durante la negociación del Tratado de Tlatelolco, fue distinguido con el Premio Nobel de la Paz, en reconocimiento a este hito histórico.

A menara de antecedente, cabe recordar que este instrumento jurídico internacional surgió como respuesta a uno de los episodios más complejos de la Guerra Fría: “la crisis de los misiles” que, en 1962, volvía tangible la amenaza de un posible enfrentamiento directo, en el Mar Caribe, entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética.

En este contexto, a iniciativa de México y, junto con él, Bolivia, Brasil, Chile y Ecuador anunciaron, en 1963, su intención de convertir a América Latina en una zona libre de armas nucleares. Así comenzaron las negociaciones internacionales que culminarían el 14 de febrero de 1967, cuando en la antigua sede de la Cancillería mexicana, ubicada en Tlatelolco, se firmó el histórico Tratado.

Este acuerdo logró que América Latina y el Caribe fuera la primera región densamente poblada libre de armamento nuclear; lo que significa que los Estados firmantes del Tratado se han comprometido a no desarrollar, producir, albergar, poseer, transferir ni emplear este tipo de armas de destrucción en masa.

Una zona libre de armas nucleares (ZLAN) es un espacio geográfico en el que los Estados que ejercen derechos de soberanía territorial sobre el mismo asumen el compromiso de prohibir o impedir el ensayo, uso, fabricación, adquisición, instalación o emplazamiento de armas nucleares; a su vez, los Estados poseedores de armas nucleares se comprometen a respetar el carácter desnuclearizado de ese espacio geográfico.

Con motivo de esta conmemoración, los 33 Estados Miembros del Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe (OPANAL), con sede en México y a cargo de la aplicación del Tratado de Tlatelolco, emitieron un comunicado conjunto, en el que “Reiteran su gran preocupación ante la situación internacional prevaleciente que se caracteriza por la creciente amenaza, explícita o velada, del uso de las armas nucleares; porque muchas de ellas se encuentran en estado de alerta, en un escenario e tensiones geopolíticas, conflictos armados y amenazas del terrorismo….”.

Asimismo, en consonancia con la compleja situación internacional actual en Europa, los países miembros del OPANAL “Condenan de nuevo, inequívocamente, todas y cada una de las amenazas de uso de armas nucleares, ya sean explícitas o implícitas e independientemente de las circunstancias”, al tiempo que exigen que las armas nucleares no sean empleadas nuevamente por ningún actor, bajo ninguna circunstancia, “lo que solo puede asegurarse por medio de la prohibición y la subsecuente eliminación transparente, verificable e irreversible de todas las armas nucleares”.

México y otros países trabajan activamente para avanzar hacia ese objetivo, siendo uno de los pasos más trascendentes la adopción (7/jul/2017) del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), que es un tratado multilateral que prohíbe desarrollar, ensayar, producir, fabricar, transferir, poseer, almacenar, usar armas nucleares o amenazar con usarlas; así como permitir el emplazamiento de estas armas dentro del territorio de los Estados partes.

El tratado también prohíbe asistir, alentar o inducir a cualquiera a realizar las actividades anteriores. Además, obliga a los Estados parte a mantener en vigor sus obligaciones de salvaguardias con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), así como asistir a los afectados por el uso o ensayos nucleares, al igual que adoptar medidas de restauración del medio ambiente en zonas contaminadas.

Es oportuno señalar que, aunque se consideraba que cualquier uso de las armas nucleares sería violatorio del Derecho Internacional Humanitario, antes de la adopción del TPAN no existía ninguna norma de derecho internacional que expresamente lo prohibiera. El TPAN establece esta nueva norma internacional.

México depositó su instrumento de ratificación el 16 de enero de 2018, fue el 4º Estado en hacerlo. A la fecha, el TPAN cuenta con 93 firmas y 70 ratificaciones. Es oportuno destacar que 28 Estados que integran la región de América Latina y el Caribe son signatarios del Tratado. En congruencia con la tradición histórica en materia de desarme nuclear en la región, América Latina y el Caribe contribuyó con dos quintas partes de las ratificaciones necesarias para lograr la entrada en vigor de este instrumento multilateral, en 2021.

México, sumando esfuerzos con otros países con posturas similares, seguirá luchando de manera activa y comprometida a favor del desame nuclear y completo bajo supervisión internacional, un tema en el que coincide con Paraguay que también firmó y ratificó el TPAN.

Las armas nucleares no deben ser vistas como una garantía para la paz y seguridad internacional, sino como una amenaza a las mismas. Esta es nuestra visión que la comparte la gran mayoría la comunidad internacional. Los países con tradición pacifista como México, que defendemos la solución pacífica de las controversias, luchamos porque prevalezca la fuerza del derecho internacional y no el derecho a la amenaza o al uso de la fuerza en las relaciones internacionales.

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