Bicharraco$

Entre la Contraloría y peritos del Laboratorio Forense del Ministerio Público se encargaron de agrandar lo chico -y achicar lo grande- del patrimonio del clan del exministro de la Corte Suprema, Antonio Fretes.

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Considerando las movidas del clan que declaraban escuálidos o inexistentes ingresos, los estudios de ambas instituciones son un milagro más grande que la fortuna Fretes. Sobre todo porque multaron a Antonio Fretes por no haber presentado su última DD.JJ., ¿cómo saben, entonces, que hay correlación si desconocían la última?

La Fiscalía apeló a ambos informes para decirle al juez Humberto Otazú que nada había por investigar. El juez les creyó. El caso ha terminado cerrado en documentos judiciales, pero jamás se cerrará en la historia paralela de esta gran desvergüenza. En los últimos días del 2022 Víctor Galeano Perrone recorría escritorios para tratar de convencer de que su amigo -y socio- Antonio Fretes “tenía” que salvarse. Lo han salvado.

Los Fretes han movido altísimas sumas de dinero en efectivo. Basta mirar lo que han ido declarando y también omitiendo. Por ejemplo, el ex ministro de la Corte nunca reportó en su DD.JJ. a la Contraloría que movió unos G. 4.000 millones que luego hizo aparecer cuando -mágicamente- negoció con su hijo Asdrúbal. Este último, ganaba un sueldo de G. 8 millones en la Fiscalía, pero del día a la noche se hizo millonario accionista de grandes negocios. Su pareja, exrelatora de la Corte, también aparecía en el circuito de negocios al igual que su socia y presunta testaferro, la abogada Lourdes González. La abogada, que firmaba escritos ante la Corte junto con Asdrúbal Fretes, en el 2013 aportó 1.000 millones en efectivo para constituir una de las empresas.

Documentos a los que accedió nuestro diario hablaban de unos US$ 20 millones, pero entonces, ¿cómo es que ha caído parado? Estratégicamente, Antonio Fretes ya hizo negocios con los exsocios de negocios del presidente Santiago Peña. Los bicharracos siempre se juntan en el radiador.

De poco sirve que un Ministro de Economía se deslome -con éxito- por validaciones globales importantísimas para una nación cuando tenemos una alta tasa de corrupción estatal impune. Hay muchos paraguayos pobres porque otros se han quedado con lo que les correspondía en salud, educación, tierra, dinero de almuerzos, libros, hospitales y hasta muebles de escuelas.

Y castigar eso es trabajo de la Fiscalía y del Poder Judicial. Pero como todos ellos andan copulando en secreto y en público con el poder Ejecutivo, es casi nula la esperanza de acabar con la corrupción pública que nos hace rebosar de unos pocos ricos y unos muchos -demasiados- pobres.

Por cierto, feliz día de los inocentes a quienes encuentran sobres de dólares en sus quinchos e igual consiguen reunirse en secreto con quienes debieran, cuando menos, indagarlos.

mabel@abc.com.py

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