Bajo el lema “No más batas al cielo”, estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA realizaron una sentata en el Hospital de Clínicas, el pasado martes. Esta iniciativa tenía un contundente objetivo: hacer un llamado de atención acerca de los tratamientos relativos a la salud mental.
La movilización se llevo a cabo luego de que una estudiante del primer año de la carrera tomara la trágica decisión de quitarse la vida. “Mientras nos formamos para cuidar, ¿quién nos cuida a nosotros?” y “queremos sentir que importamos en nuestra facultad” fueron los principales reclamos de los futuros médicos.
Con esta movilización, los universitarios iluminaron una latente problemática de nuestra población juvenil: la escasa atención dirigida a la salud mental. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mitad de las enfermedades mentales comienzan antes de los 14 años, pero la mayoría de los casos no se detectan y, por ende, no se tratan.
Asimismo, datos de esta entidad revelan que la depresión ocupa el tercer lugar en el podio de las enfermedades más comunes del sector juvenil mundial; consecuentemente, el suicidio es la segunda causa de muerte de los chicos que se encuentran entre los 15 y 29 años.
En el ámbito local, los datos del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social muestran que Paraguay es la segunda nación de Latinoamérica con mayores índices de ansiedad, pues unas 483.000 personas padecen este trastorno. De igual forma, según la OMS, Paraguay ocupa el cuarto lugar en toda América, en cuanto a niveles de depresión; alrededor de 332.628 personas sufren esta enfermedad.
“La salud mental tiene una importancia fundamental; la OMS nos habla del bienestar bio-psico-social y no solamente de la ausencia de enfermedad. Muchas veces, alguien no está sano mentalmente, pero esta condición no arroja síntomas visibles. Por eso, la única forma de llegar a la plenitud es también cuidando de la salud mental”, expresa el psiquiatra Jorge Villalba.
Así pues, el especialista manifiesta que es hora de cambiar los estigmas y prejuicios relacionados a la atención psiquiátrica. En consecuencia, la humanización del médico consigo mismo y los pacientes, además de la socialización del trasfondo de las enfermedades mentales, representa una medida para alcanzar la transformación anhelada.
“La salud mental está muy vulnerada en nuestro país. Somos menos de 100 psiquiatras para siete millones de habitantes, cuando debería existir un psiquiatra por cada 10.000 habitantes. Además, el Hospital de Clínicas y el Hospital Psiquiátrico constituyen los dos únicos centros especializados”, explica el galeno. En este sentido, el Dr. Villalba comenta que si bien se van creando otros departamentos para la atención psiquiátrica, el tratamiento depende en gran medida de la responsabilidad de la persona que acuda a estas dependencias.
¡Seamos concientes! El insomnio, la pérdida del apetito, el aislamiento, la irritabilidad y perder el interés por las cosas que uno ama no son signos que deban pasar desapercibidos, pues dichos síntomas constituyen los indicios de los trastornos más frecuentes entre los estudiantes: la depresión y la ansiedad. ¡No estamos solos! Siempre habrá una mano extendida para brindarnos apoyo.
Por Rebeca Vázquez (18 años)