La consultora brasileña Itaú Macro Latam elevó su proyección de inflación, por el efecto cambiario que generará mayor presión inflacionaria. También elevaron la proyección del tipo de cambio dólar/guaraní
“Es muy fácil mantener el statu quo y transigir con los poderes fácticos antes que enfrentar reformas profundas, aunque estas últimas son esenciales para el progreso del país”, dijo Santiago Peña en su informe anual ante el Congreso en referencia a su antecesor, Mario Abdo Benítez, del mismo partido gobernante, a quien le dedicó duras críticas en varios pasajes de su discurso. Lo que es muy fácil, evidentemente, es hablar de balde, porque, en casi un año de mandato, Peña no solamente no ha concretado, sino que ni siquiera ha avanzado en ninguna reforma profunda esencial para el país.
El hecho de que la economía subterránea represente casi la mitad de nuestro producto interno bruto (PIB) es una muestra de la ínfima seriedad con que nos manejamos como país, lo cual nos condena a seguir siendo poco atractivos para la inversión extranjera.
En noviembre del 2022, el directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) había aprobado un programa de dos años para Paraguay en el marco del Instrumento de Coordinación de Políticas (ICP). Una herramienta que está a disposición de los miembros del organismo que no necesitan recursos financieros del mismo en el momento de la aprobación, pero buscan demostrar su compromiso con un programa de reformas, o bien acceder a financiamiento de otros acreedores oficiales o privados y coordinar el acceso a dichos recursos.
En lo que va de este año y de acuerdo con los últimos datos publicados por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la deuda pública del país a abril totaliza US$ 17.420,8 millones, lo que representa el 38,4% del producto interno bruto (PIB). Del monto total, el 86,8% corresponde al pasivo externo y el restante, a los compromisos internos, siendo la administración central la que carga con la mayor deuda. Esta relación es históricamente, en promedio, similar.
Aunque hayan pasado cuatro años desde la irrupción de la crisis sanitaria del covid a nivel mundial, las consecuencias socioeconómicas prevalecen, sobre todo en países en desarrollo, que no han logrado recuperarse en materia de endeudamiento. Ello, al considerar igualmente, otros shocks que vinieron complicando el escenario.